El kirchnerismo resucitó con una muerte, se oyó decir cerca de
Kirchner capturó las estructuras provinciales del peronismo y a sus líderes, mediante la generosidad financiera o el castigo implacable hacia los gobernadores, con la sola excepción de la provincia de Buenos Aires. Conocía demasiado bien la historia de Menem, que dependió siempre del liderazgo bonaerense de Duhalde, y decidió cambiar el método. Cooptó intendente por intendente en el rebelde y áspero conurbano, pero ni siquiera les explicó a ellos qué es lo que quería hacer con ese poder. Tampoco se lo preguntaron. Eran los gobernadores e intendentes los que arrastraban voluntades: ¿cuánto de kirchnerismo había entre esos seguidores?
Por Joaquín Morales Solá
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