Una muerte (la de Kirchner) y un ACV (el de Alberto Balestrini) hicieron que las dos estructuras decisivas del peronismo, el PJ nacional y el bonaerense, estén conducidos por dos inconfiables. Los halcones llenarían los oídos de CFK con advertencias. Si ella no asume rápidamente la conducción partidaria -dicen- el rol político de Scioli empezará a crecer y nada podría descartarse. Una hipotética alianza entre aquél y Hugo Moyano colocaría al kirchnerismo en una situación de jaque.
Por Carlos Tórtora
Fuente: El Informador Público
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