Matías Berardi, amigo de mi hijo Rodrigo, 17 años, estudiante, deportista, buen amigo, secuestrado y asesinado por la “sensación” de inseguridad y la droga de Aníbal Fernández; la complicidad de Néstor Kirchner; la deficiencia mental de Cristina Kirchner; la invisibilidad de Julio Alak y las “manos atadas” de Daniel Scioli. Como no era drogadicto, homosexual, travesti o lesbiana, no se van a ocupar de él los organismos de Derechos Humanos ni Hebe; como era rubio y de tez blanca, no se va a ocupar el INADI; como estudiaba, no se van a ocupar los organismos que “protegen” los derechos de los estudiantes; como no era “militante popular” no se van a ocupar las Organizaciones Sociales; como no recibía planes y su padre es un profesional no se va a ocupar la CGT. Rezamos por vos Matías, vos hacelo por nosotros que buena falta nos hace. Que descanses en PAZ. Amén. Eduardo
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