jueves, 21 de febrero de 2019

Estamos peor que cuando comenzó la patria????

Yo creo que si.
En realidad no hay ninguna duda que la gente que habita la República Argentina, no tiene la mínima noción de patria, y empecemos porque hay gente que figura en los padrones solo para votar, ya que son extranjeros y ni siquiera residen en el país.
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Y además muchos de ellos son titulares de planes, que equivalen a pagos mensuales a cuenta de su voto, la mayoría son Bolivianos, paraguayos y peruanos. 
Hay familias que reciben tantos planes que se pueden considerar por encima de la media, los vagos cobran, los delincuentes cobran, y los jubilados se chupan el dedo y reciben menos dinero que un presidiario o que un planero y esto ocurre ante la vista de nuestros gobernantes quienes no ven o se hacen los que no ven esto, pero cuando hay que manotear dinero se saquean las cajas de los jubilados y en la cara les niegan una moneda, mientras lo saqueado, va a parar a esa manga de atorrantes, vagos y malandras. 
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El hacer uso indebido de fondos aun cuando lo haga el gobierno central es un delito y tiene un nombre que es “Malversación de Fondos”, y en esto han caído todos los gobiernos, y ninguno a pagado por este delito, y cambiemos también lo ha hecho, pero no hay nadie con bolas para llevarlos a juicio, si, las tuvieron para encarcelar ancianos y dejarlos morir en evidente abandono de persona que es otro delito y que incurrió el gobierno anterior, y este a continuado haciéndolo. 
Ciudadanos de la argentina la inmadurez política a permitido el robo descarado de los bienes del estado, y hasta se ha permitido la cesión de grandes extensiones de tierra a gobiernos extranjeros, quienes han traslado su permanente estado de beligerancia a nuestro territorio. 
Además ustedes miran impertérritos como dos fuerzas políticas que teóricamente tienen raíces filosóficas diferentes convergen para la destrucción de la nación, y ambas con un evidente sesgo izquierdista. 
No se puede reacondicionar la estructura de un país en estas condiciones, la única manera de sacar esto adelante sería la disolución del Congreso Nacional y hacer cumplir las penas efectivas impuestas a quienes se refugian tras los fueros, pero también juzgar a los que aún no lo han sido, convirtiéndose en participes necesarios en estos delitos al impedir sus desafueros o la confiscación de sus bienes mal habidos 
Creo que se ha terminado la historia de los peronistas, ya que Perón no dejó herederos políticos, por lo tanto no habilita para ser electos a ninguno de los congresistas imputados, y hacerles una evaluación. 
Un factor muy importante es que de una vez por todas la política sea “Ad Honorem”, no debiendo percibir el político ningún emolumento, mas allá de gastos de viáticos que se deberán hacer mediante PPs emitidos al momento de su necesidad. 
La Argentina está en su peor encrucijada histórica, invadida por extranjeros que hacen uso y abuso de los bienes y servicios propios de los habitantes del país, y que además trabajan como fuerza de choque para los partidos políticos que han destruido la Nación, verdaderos traidores a la patria que deberían ser ejecutados en sitios públicos para escarmiento por sus felonías. 
Mientras no se escarmiente a la justicia ni a los congresistas como corresponde esto no tiene solución mas allá de una posible guerra civil, entonces se verá quienes triunfan, y los vencidos deberán ser exterminados y/o desterrados a sus países sin posibilidad de regreso. 
Esto puede parecer muy duro, pero si lo piensan no existe otro camino para terminar con toda esa manada de delincuentes que viven parando al país, y destruyéndolo todo a su paso. 
Que Dios se apiade de mi patria, porque nadie tiene lo que se necesita para terminar con esta situación, hemos sido entregados a un enemigo invisible, que nos devorará uno a uno sin dejar constancia de lo que un día fuimos, en que le abrimos las puertas a los hombres de buena voluntad y se colaron los delincuentes que llevaron a Europa a dos guerras sangrientas. 
Y como reza el dicho al que le quepa el sayo que se lo ponga!!! 

Rafael Alejandro Koen

martes, 12 de febrero de 2019

Cuando los "represores" eran aplaudidos...

MITO CRIOLLO: LOS MILITARES GANARON LA BATALLA 
PERO PERDIERON LA GUERRA CULTURAL 

Los militares ganaron la batalla y "nosotros" perdimos la guerra cultural y entregamos a los militares como botín. Tengo fresca la memoria de 1978 por ser el año del mundial.
La subversión estaba vencida militar, social y culturalmente. Nadie se quejaba de "la represión" (salvo el zurdaje extremo y en Francia).
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Y no es cierto que no sabíamos lo que había pasado, como se instaló después. 
Videla miraba los partidos sin siquiera contar con la protección de un vidrio antibalas (como pocos años antes usaba Perón en sus discursos). 
Los jugadores corrían a gritarle los goles (lo que ha sido lamentablemente borrado de los videos…. Pero puede deducirse viendo, por ejemplo el festejo de Houssemann después de su gol a Perú, donde claramente corre a un costado y levanta sus brazos hacia un lugar concreto de la tribuna (allí estaba la Junta completa)). Resultado de imagen para maradona con videla
Y la tribuna aplaudía a rabiar. Ningún silbido. Y no era por miedo. La gente estaba feliz. Y en el 79 (mundial juvenil de Japón) Videla era ovacionado junto con Maradona en el Balcón. 
El gobernador militar de Santa Fe asistía a los 100 años de la Fundación de mi ciudad (Avellaneda Santa Fe 1879- 1979) y era recibido como un prócer y comía en mangas de camisa sobre tablones en medio de miles de personas... Los medios destacaban la victoria sobre la subversión.... Daba vergüenza tener un pariente montonero, erpiano o zurdo. Palabras como Firmenich, Perdía, Santucho eran vomitivas... Pero pasó el tiempo, la gente olvidó la orgía de sangre en la nos habían sumido montoneros y ERP, no se dieron algunos resultados económicos, el progre izquierdismo agazapado comenzó a salir de la madriguera (lo que publicaba la revista HUMOR respecto a los militares hubiera significado cárcel y censura en época de Alfonsín, como le pasó a Rosendo Fraga, Rouco y varios periodistas más). 
Y con la guerra de Malvinas cartón lleno: éramos tierra abonada para cualquier semilla. Aburridos como los marineros de Ulises solo nos faltaba que empiece a cantar alguna Sirena. Y apareció la “Sirena Alfonsin(a)”. 
Y entregamos la progenitura por un plato de lentejas. Todavía seguía siendo mala palabra decir Santucho o Firmenich. Pero la paciencia infinita de la pedagogía gramsciana y marxista ya tenía a los alumnos en fila dispuestos a vender su alma al diablo con tal que la maestra le prometa pasar sin estudiar. 
Y los pedagogos… Verdaderos “maestros en humanidad” (y no la Iglesia) sabían que, ventana de Overton mediante, había que ir paso a paso: 
a) Primero demonizar a todos los milicos y a la guerra subversiva. Lo que les resultó fácil porque el peligro había pasado y los Argentinos somos así. Cuando de un lado tenemos lo absolutamente malo del otro lado todos son buenos 
b) Después integrar a los malos a la sociedad. 500 montoneros fueron funcionarios de Menem, otro tanto durante Duhalde (Viviana Gorbato: “Montoneros, soldados de Menem, soldados de Duhalde?”). Nadie lo sabía. No hacían ruido. Filmus a cargo de educación. Galmarini. Prolijos empleados trabajando para la Revolución Productiva y aprovechando los beneficios del indulto… y al final… las indemnizaciones. 
c) Con Kirchner les llegó la hora. Entonces ya no se trató de demonizar el gobierno militar o incorporarse a la vida civil. Había que hacer realidad la patria socialista y “vengarse” d) Durante todo este tiempo, arrancando con Alfonsín, la izquierda ocupaba silenciosamente lugares en educación, cultura, los medios y preparaba los ingredientes y enseñaba “relatos” a los niños en las escuelas mientras los “PADRES ARGENTINOS QUE HABÍAN VIVIDO LOS 70 RECIBÍAN LECCIONES DE SUS HIJOS Y NIETOS SOBRE LO QUE HABÍA PASADO Y CALLABAN, POR COBARDES, POR CÓMODOS Y POR PELOTUDOS”. 
Y sigue pasando, como mucho imbécil que escucha que su hija disfrazada de verde le explica que un tipo con pito puede ser una mujer con un poco de “control mental”. Afortunadamente aparecieron Laje y Marquez. 
Nosotros perdimos la guerra. La democracia perdió la guerra. Militar, social y clulturalmente. 
Le entregamos el país a la subversión setentista. 

Gabriel Vénica