
La sorpresiva muerte de Néstor Kirchner abrió automáticamente una etapa de tregua política.
* El velatorio y el funeral fueron una cuidadosa puesta en escena de un régimen autoritario, con una cuidadosa exclusión de las instituciones y la oposición (a los ex presidentes, por ejemplo, se les prohibió asistir). Sólo hubo cámaras para la nueva jefa y su politburó.
* El único factor político emergente desde que se produjo el fallecimiento fue
* Sin tregua alguna por el duelo nacional, recrudeció la ofensiva oficialista para coaccionar a Julio Cobos a que renuncie a la vicepresidencia, empezando por los insultos que le prodigó el canciller Héctor Timerman.
Por Carlos Tórtora
Fuente: Informador público
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