Los desencuentros políticos en la Argentina han dado lugar a numerosos tratados de literatura política que por lo general no han hecho otra cosa que profundizarlos. En cualquier país es previsible que existan diferencias, que las refriegas políticas sean ásperas, pero lo que nos singulariza es la evaluación antagónica de un mismo fenómeno político por parte de quienes dicen defender los mismos valores. Me explico. En Estados Unidos, por ejemplo, es previsible que los conservadores lo consideren a Obama una calamidad y los progresistas supongan que es la encarnación efectiva de las causas justas. En esa defensa o en esa crítica puede haber matices, pero en lo fundamental los alineamientos son claros.
Los ejemplos en ese sentido pueden extenderse a cualquier país del mundo, menos a la Argentina. Por razones que historiadores y politólogos no terminan de definir este tipo de alineamientos en la Argentina no se produce.
Por Rogelio Alaniz
Fuente: Diario El Litoral
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