domingo, 21 de noviembre de 2010

Odios y complicidades (y cobardías)


Un gobierno presidido por una mujer tiene entre sus principales dirigentes a hombres que han derrapado en el sexismo. A ningún político se le recuerda nunca qué dijo o qué hizo su esposa. Kunkel habla del marido de Camaño, pero no de Camaño. ¿A algún político le dijeron algo parecido a prostituta, como disparó Agustín Rossi contra Carrió, a la que llamó "madama de un cabaret"? La política de prontuarios (falsos, encima) que cultiva Kunkel es una de las peores herencias que dejará el kirchnerismo cuando ya no esté. 
No quiero dejarla sola a Carrió, susurró Camaño en el oído a Solá. No la dejen sola a Carrió. Ustedes la van a necesitar el año que viene, les advirtió en voz baja a los radicales. Esa estrategia de Camaño es la que advirtió Kunkel cuando se acordó del marido de Camaño. Los hombres políticos de la oposición todavía no decidieron si hablarán o callarán. Callarán.
Algunos opositores se conformaron y dijeron que no se habían denunciado delitos. No son necesarios los delitos. La ley y la jurisprudencia indican que un legislador no debe ser "molestado" ni "perturbado" cuando está en el ejercicio pleno de su función; es decir, en sesión y legislando.
Por Joaquín Morales Solá
Fuente: La Nación

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