Las expresiones de Cristina Fernández la semana pasada al tratar de “loros” y “monos” a los opositores que no piensan como ella y no ven la realidad con sus anteojeras merecen un pedido de discupas inmediato y expreso en el parlamento, espacio democrático de la diversidad y la polémica. El silencio no hará otra cosa que admitir que, también para la oposición, todo está permitido. Que no hay límites.
Para los ciudadanos, sería repugnante.
Ricardo Lafferriere.
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Para los ciudadanos, sería repugnante.
Ricardo Lafferriere.
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