martes, 30 de noviembre de 2010

LA MARIONETA SIN EL TITIRITERO

 Y EL PROBABLE RUMBO DEL PAÍS

El ex presidente convertido en un titiritero y la presidente sin ningún margen de maniobra propia, en una marioneta manipulada por el marido.
Néstor Kirchner, el titiritero, había muerto y Cristina, la marioneta, quedaba sin quien la manipulase y dirigiese en el irracional rumbo que hace años tomó la política argentina.
Un conocido dicho del refranero popular dice que “muerto el perro se acabó la rabia”.
Pero lamentablemente desde las mismas exequias de Kirchner las actitudes de Cristina no fueron muy alentadoras en lo esperado.
El funeral fue convertido en un espectáculo mediático. Cientos de micros estacionados en la Av. 9 de Julio transportaron desde lugares muy alejados a miles de ciudadanos para dar marco popular al suceso. La mayoría conminados compulsivamente o por una dádiva oficial. Cristina ordenó el funeral en la Casa Rosada y no en el lugar en donde todos los argentinos están representados, el Congreso Nacional.
No permitió que  líderes de la oposición le presentaran las condolencias y simplemente no los recibió. Lo mismo hizo con el resto de aquellos que se acercaron a presentar sus pésames, pero que  no comulgaban con el kirchnerismo. Si en cambio a personajes polémicos y discutidos, algunos sencillamente impresentables, aliados al oficialismo. El desfile frente el ataúd se convirtió en un verdadero espectáculo casi teatral en donde había de todo, excepto la solemnidad que la circunstancia requería.

Por Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
Fuente: Tábano informa




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