Por un lado, un boom de consumo, un nivel de crecimiento de la economía franco, éxodo de turistas, aumento de las reservas del Banco Central; por el otro, los cortes de energía eléctrica, la falta de combustible y de billetes en los bancos y la emergencia de reclamos sociales de sectores postergados motorizados, en muchos casos, por organizaciones quasi mafiosas que hacen de la pobreza un negocio fenomenal. Esta es, al fin y al cabo, la radiografía de un país en donde todo se ata a la coyuntura y casi nada se hace a fin de atacar la raíz de los problemas.
Por Nelson Castro
Fuente: Perfil
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