El período que va desde el 25 de mayo de 1973 al 23 de marzo de 1976 de constitucional sólo tiene el nombre. En los hechos, se trató de una guerra civil por el poder que tuvo su origen en el seno del partido gobernante y que luego se extendió a la sociedad toda.
Han pasado 40 años desde que incendiaran al país con una guerra y, los peronistas, no han realizado todavía, siquiera, el más microscópico y elemental mea culpa. La Triple A (banda comandada por el ministro López Rega), los Montoneros y el ERP eran los que decidían quién tenía derecho a la vida en este país.Por cierto, la “juventud maravillosa” no fue perseguida, asesinada y desaparecida, como se apunta para la gilada, por el mero hecho de “pensar distinto”. Lo fue porque pretendía hacerse del poder de la Argentina vía el procedimiento fascista-comunista de secuestrar, asesinar, robar, extorsionar y amedrentar a quien se interpusiera en su camino. El objetivo expreso y público de los subversivos era el instalar una dictadura feroz que ejecute la revolución proletaria, la cual, primordial y necesariamente, pasa por el exterminio de la clase social burguesa y de todos aquellos que se opongan al genocidio.
Han pasado 40 años desde que incendiaran al país con una guerra y, los peronistas, no han realizado todavía, siquiera, el más microscópico y elemental mea culpa. La Triple A (banda comandada por el ministro López Rega), los Montoneros y el ERP eran los que decidían quién tenía derecho a la vida en este país.Por cierto, la “juventud maravillosa” no fue perseguida, asesinada y desaparecida, como se apunta para la gilada, por el mero hecho de “pensar distinto”. Lo fue porque pretendía hacerse del poder de la Argentina vía el procedimiento fascista-comunista de secuestrar, asesinar, robar, extorsionar y amedrentar a quien se interpusiera en su camino. El objetivo expreso y público de los subversivos era el instalar una dictadura feroz que ejecute la revolución proletaria, la cual, primordial y necesariamente, pasa por el exterminio de la clase social burguesa y de todos aquellos que se opongan al genocidio.
Por MAURICIO ORTIN
Fuente: El Tribuno
Fuente: El Tribuno
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