Después de la muerte de Néstor Kirchner la actividad de la presidenta cobró un fuerte impulso. Apariciones cotidianas, mucha cadena nacional y reformas en el gabinete reforzaron la imagen de que estaba en el puente de mando y que no debía temerse una crisis de gobernabilidad.
Ese envión parece, sin embargo, haber comenzado a perder fuerza. Cuando enfrentan problemas de gestión los ministros se manejan por las suyas. Eso es, al menos, lo que se oye de algunos miembros del gabinete.
...la jefa de Estado baja en las encuestas y que la oposición comienza a reagruparse, lo que no mejora, ciertamente, el estado de sus nervios. Es una tendencia incipiente, pero real.Por Sergio Crivelli
Fuente: Diario La Prensa
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