Que los números de inflación del INDEC son una ficción es sabido hasta en la China. Pero lo curioso es que, pese a esta circunstancia, muchos medios supuestamente independientes insistan en convalidar las exorbitantes tasas de crecimiento que divulga el intervenido organismo oficial. Tanto más llamativo si tenemos en cuenta que la evolución del PBI surge de la combinación de los cambios en los precios y las variaciones en las cantidades. Esto significa que para un cierto incremento del producto bruto nominal (variable relativamente fácil de verificar), cuanto mayor haya sido el salto de los precios, menor será el de las cantidades.
Y son justamente estas últimas las que nos informan sobre la marcha real de la actividad.
Queda claro, así, que si usamos números fraguados de inflación, el crecimiento al que arribaremos también será ficticio.
Eso es lo que ocurre con las estadísticas oficiales, que para el año 2010 arrojaban hasta octubre (último dato publicado hasta el momento) un crecimiento a lo chino, de nada menos que 8,9 %.
Queda claro, así, que si usamos números fraguados de inflación, el crecimiento al que arribaremos también será ficticio.
Eso es lo que ocurre con las estadísticas oficiales, que para el año 2010 arrojaban hasta octubre (último dato publicado hasta el momento) un crecimiento a lo chino, de nada menos que 8,9 %.
Por Agustín A. Monteverde
Fuente: Ámbito Financiero
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