Hoy la clase que detenta el poder, dice preocuparse por el aumento de los delitos y la violencia. Pero a la vez, agota los esfuerzos para que estos aumenten. No hace nada para achicar la brecha entre los que mas y menos tienen. Por el contrario, esta brecha se agranda. En sus avarientas ansias de riquezas, los que mas tienen se nutren de los que menos tienen.Ayer fue el aborigen, quien despojado de sus campos y su ganado, comenzó a asaltar las estancias y los poblados para conseguir alimento. En los malones cargaban la violencia y el resentimiento contra quienes los despojaban de sus bienes, de su libertad y hasta de su vida. Esto preocupaba a la clase política que a la vez que intentaba frenar sus ataques, anhelaba apropiarse de sus tierras.Hoy la hambruna a la que los excluidos sociales son sometidos y que no logran paliar en los comedores comunitarios ni con los “planes sociales”, mientras permanecen hacinados en las “reducciones” creadas para ellos: las villas miserias, alimenta su violencia y crea potenciales delincuentes. Al privárselos del trabajo, ¿Con qué comprarán los remedios que no hay en los hospitales gratuitos? ¿Con qué comprarán ropas “decentes” para ir a estudiar? ¿Con qué comprarán la ropa de moda que usan todos? ¿Qué valor pueden tener para los excluidos sociales, los bienes y la vida de los otros, si sus bienes y su vida no valen nada?Hoy es la clase trabajadora, la mas humilde, la que es saqueada de sus derechos mas elementales, le quitaron uno de los derechos mas dignificantes de la raza humana, el derecho al trabajo. En ellos se fomenta el ocio y la haraganería, con planes sociales que no fomentan ni la capacitación ni el trabajo. El único requisito es acompañar como manada, los mitines o piquetes, donde indefectiblemente se pasa lista de los "presentes".
Quien tiene un empleo, recibe un sueldo miserable por jornadas interminables. Unos están obligados a callar, para no perder la denigrante caja de alimentos y el aún mas denigrante “Plan” y otros para no perder su miserable empleo, total o parcialmente en negro. Ambos ven obstaculizados el derecho a la salud, a la educación, al ocio recreativo. Para ellos se habilita el contrabando de cigarrillo barato, el vino en “tetra”, y el “paco” asesino. Y sus jovencitas son tentadas o secuestradas para ingresarlas al mundo de la prostitución, donde puedan satisfacer el vicio de señores ricos de esposas aburridas.
Otras que nunca tuvieron nada, quieren tener aunque mas no sea un hijo, para poder tener algo y decir decir ¡¡¡ES MIO!!! Para ellas se quiere imponer el aborto, ya que sus padres no comprenderán esa necesidad de tener algo propio, y la obligarán a abortar. Así se habrá logrado un objetivo político. UN POBRE MENOS.
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” Lc.23.34
Orlando Agustín Gauna
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