Después de 200 años de presencia diplomática en Argentina, Suecia retiró su embajada de Buenos Aires y dejó para los trámites la de Brasil y la de Chile.Mientras tanto la dirigencia política argentina está ocupada en la reelección de Cristina Fernández y en el descenso del club River Plate a segunda división.Este hecho que relatamos, el cierre de la embajada sueca en Argentina, muestra que Suecia ha resuelto los únicos dos problemas que tiene en América del Sur: el acceso a sus mercados de consuma para los productos suecos, y eso lo hace a través de Brasil y el acceso a la Antártida, su sueño dorado, y eso lo realiza a través de Chile. La Argentina es un gasto superfluo que está demás, ergo, cerremos la embajada.La cancillería argentina, no digamos ya su canciller actual que se muestra en público bajo dos banderas: la nacional y la de Israel, no ha tomado nota de la gravedad del asunto. Vive en el limbo anodino de los inimputables.
Por: Alberto Buela
Fuente: Informador Público
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