sábado, 4 de junio de 2011

Argentina. Un país perdido...

 ...entre la corrupción y la mentira.
Con políticos pensando con el bolsillo, con organizaciones lucrando con la muerte, con periodistas distorsionando realidades, con una cobardía intelectual que los denigra ante los ojos de una sociedad que no reacciona.
El gobierno kirchnerista autor ideológico de una farsa judicial tan enorme sin precedentes en nuestra nación ha devastado la conciencia nacional.
Cuando creemos que el cinismo ha llegado a su cúspide siempre encuentran una forma de demostrarnos lo contrario.
Así como el Universo es infinito lo es esta insoportable trama de mentiras que se van sucediendo transformando nuestra forma de vida que alguna vez con errores y todo nos hizo sentir orgullosos de un destino que nos aguardaba y que jamás alcanzaremos. 
El escandaloso caso de las llamadas "madres de plaza de mayo" amenaza convertirse en un ícono de la "sangre derramada negociada", una cruda muestra del horror que representan estas mujeres que alentaron a sus hijos a tomar las armas y matar, sumadas a otras que nunca se preocuparon por lo que hacían sus hijos hasta que la realidad les mostró en que seres horrendos se habían convertidos.
Exceptuando a sus cómplices que tratan de mostrarlas como viejitas inocentes sorprendidas en su buena por fe por el hijo putativo que alguna vez se convirtió en parricida obligado por la conducta de unos padres abusivos e inmorales, aparecen periodistas de insospechada conducta con análisis del hecho delictivo más propios de una complicidad que de una actitud ingenua.
Todos conocen el carácter duro, el personalismo sin discusión de Hebe de Bonafini, la crueldad de su pensamiento, basta recordar su alegría por los muertos ocasionados en el atentado terrorista a las Torres Gemelas, que nadie puede creer en su ignorancia de la descomunal estafa realizada.
Los hechos delictivos fueron productos de la impunidad que da el poder, de la pasividad de quienes deberían haber efectuado los controles y que evidentemente no lo hicieron por miedo o por ser parte de esa asociación ilícita.
Es lógico que el impacto producido en quienes por una razón u otra se han negado en ver una realidad atroz se nieguen a ver que han sido engañados.
Lo triste de este presente alguna vez tenía que salir a luz porque está basado en el pasado violento de una época trágica argentina, el cual aprovecharon sin escrúpulos estas "madres" construyendo con ladrillos de sangre modestas viviendas cobradas al gobierno y pagadas por nosotros al triple de su valor.
Como en cualquier delito cometido en banda hay quienes tienen mayor o menor responsabilidad pero hacernos creer que Hebe de Bonafini fue engañada por Sergio Schocklender no resiste ningún análisis.
El fuerte impacto internacional del descrédito de esta organización subsidiada por el gobierno argentino y entidades foráneas golpea al kirchnerismo sin cuya complicidad no hubiese sido posible que ocurrieran las acciones delictuosas.
Esperar un fallo judicial ejemplar es impensable ya que el juez "sorteado" para investigar parece favorecer siempre los deseos del gobierno.
Ni siquiera podemos escuchar el repudio de esos periodistas "notables" que dicen buscar la verdad...
...¿será que la verdad está prisionera de la hipocresía cobarde de esos mismos periodistas?
También puede ser que los argentinos hemos perdido el derecho a la verdad por nuestra propia cobarde hipocresía.

Dario

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