La información periodística da cuenta que una beba fue inscripta en el registro civil de Paraná, Entre Ríos, como la hija de dos mujeres que se casaron el 21 de octubre pasado, y con los apellidos de ambas. La niña se llama Bianca Juliana Giménez Relea y es hija de Paola Jiménez, su mamá biológica, y de Claudia Relea, su compañera. Nació a las 12 del día 23 de diciembre, en el Hospital San Roque, de Paraná.
A semejanza del dueño de un animal hembra que busca un semental para hacerla servir, Claudia Ralea aceptó que su pareja Paola Giménez, se hiciera servir por un semental de la especie humana.
Preñada la hembra, ésta le da el primer apellido a la beba, y su pareja, le da el segundo apellido.
Del semental de la especie humana, el padre biológico de esta inocente criatura, nadie pregunta, nadie habla.
Tampoco se habla en este caso, del DERECHO A LA IDENTIDAD de la recién nacida. Legisladores, jueces y políticos incapaces y corruptos (o degenerados) en su apuro por satisfacer a lesbianas y gays, incentivados por grupos marxistas que olvidan que el comunismo siempre persiguió a los homosexuales, aprobaron el matrimonio igualitario y estas paternidades truchas. En las adopciones habituales, el varón daba el apellido (o por lo menos el primer apellido al adoptado).
En este caso, la “machorra”, le da el segundo apellido a la beba.
La beba, inocente víctima de legisladores, jueces y políticos incapaces y corruptos (o degenerados), no tiene derecho a su verdadera identidad.
No importan los tratados internacionales con jerarquía constitucional. No importa nada lo que diga la Convención sobre los derechos del niño.
Solo importa satisfacer a esa turba de lesbianas y gays que impúdicamente muestran su desvergüenza en la vía pública. Turba fogoneada por grupos de izquierda que procuran por todos los medios posibles destruir la célula básica de nuestra sociedad. LA FAMILIA.
¿Por qué le niegan a esta beba, el derecho a la identidad?
¿Alguien tiene la respuesta?
Orlando Agustín Gauna
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