Como vulgares delincuentes, que es lo que son, militantes de organizaciones y partidos de izquierda, encapuchados para ocultar su identidad, procuran impunidad mientras cometen delitos infiltrados entre la “carne de cañón” arrastrada por punteros políticos, mediante planes sociales y otras dádivas.
Así, buscando ser imitados por esa “carne de cañón”, arrojan bombas molotov, destruyen vidrieras, comercios y edificios públicos, saquean comercios, atacan a las fuerzas policiales, de seguridad y a simples ciudadanos.
Luego, apañados por otros cómplices también infiltrados entre la “carne de cañón”, evitan ser detenidos.
Siempre son detenidos los “perejiles” usados como “carne de cañón”.
¿Por qué no se instruye a la Policía para que filme las captura de los encapuchados y se difunda su identidad y militancia política o gremial?
No se hace, por el simple hecho de que en este caso quedaría al descubierto la complicidad de políticos y gremialistas en estos delitos, en una palmaria asociación ilícita.
Orlando Agustín Gauna
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