Desde un primer momento, y siempre ante los micrófonos y cámaras de la prensa, representantes de organismos defensores de los Derechos Humanos, particularmente los abogados Lucila Puyol y Guillermo Muné, reclamaron tener "acceso al expediente", como base para sembrar desde el vamos las dudas y cuestionamientos hacia la investigación.
Luego, extrañamente, tardaron más de dos semanas en formalizar una presentación patrocinando a los hijos de la víctima como "querellantes", pero con escasa colaboración y presencia en los pasillos del edificio de calle Alvear.
Particularmente enojado y sorprendido se lo vió en la mañana de ayer al magistrado interviniente en la causa, al enterarse que Hugo Suppo ya había regresado a Francia.
Como era lógico suponer, el Dr. Mognaschi quiso imponerse de los dichos que el hermano de Silvia derrochó en intenso maratón mediático, entrevista con las figuras más importantes del poder kirchnerista mediante, pero no podrá contarlo como testigo.
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