Hace varios años, un Oficial Jefe de la Policía santafesina me
confió que una noche, estando como Oficial de Servicio de una Comisaría del Sur
de la
Provincia, alrededor de las 22 horas, llegó un Comisario Inspector que
hacía las veces de Oficial de Día, en lo que parecía una visita de recorrida
habitual, pero antes de retirarse le expresó: “Oficial, como a las 12 de la
noche, va a venir un camionero a denunciar que lo acaban de asaltar. Por favor,
atiéndalo muy bien”.
El oficial de servicio dudaba que su superior tuviera
poderes paranormales que le permitieran predecir hechos futuros por lo que no
había alternativas. El superior, estaba involucrado en los robos de piratas del
asfalto.
¿Qué hacer? Ante el poder mafioso de los dueños del poder,
solo le quedaba mirar para otro lado y seguir las instrucciones recibidas.
Es fácil criticar la actitud pasiva de aquel joven oficial.
Debería haberse involucrado. Denunciar al superior corrupto. ¿Con qué pruebas?
¿Ante quién?
Basta remitirse al libro “Poder, justicia y drogas” escrito
por el Comisario General Luis Alberto Galanzino para comprender el crecimiento
del delito.
En el libro, relata que el 8 de julio de 1987 siendo Jefe de
Robos y Hurtos de la Unidad Regional II(Departamento Rosario) de la Provincia
de Santa Fe, recibe el dato del número telefónico de una persona que ofrecía
para la venta, la carga completa de un camión de electrodomésticos. Galanzino, identificándose
como propietario de varias casas de electrodomésticos, se comunica con el “vendedor”
quien le informa que vendía 514 televisores color, 302 televisores blanco y negro, 104 centros musicales y 500
batidoras eléctricas; por lo que pedía 750.000 Australes, la moneda nacional de
curso legal en esos años.
Se acuerda un encuentro para las 15 horas, en un bar ubicado
en Avellaneda y 9 de Julio de la Ciudad de Rosario.
A la entrevista, concurre, simulando ser el comprador, el
Oficial Juan Kluwak, al que el delincuente le exige ver el dinero para la compra,
como paso previo a la operación de entrega de la mercadería, pactando un nuevo
encuentro en el mismo lugar, a las 19 horas de ese día.
Se consiguió una cantidad de billetes de cien australes (los
de mayor denominación en ese momento), se recortaron pedazos de papeles del
mismo tamaño, se consiguieron fajas usadas por entidades bancarias para los
fajos de billetes. A las 19 horas Kluwak, concurrió acompañado por el Oficial
Enrique Fernández, quien se presentaría como propietario del galpón donde iba a
ser depositada la mercadería, al que ubicaban en Gutemberg y Urquiza de esa
Ciudad. En la oportunidad se convino en que la mercadería iba a ser entregada a
las 20,30 hs., del mismo día, en la dirección mencionada.
Pero a esa hora, concurrió el “vendedor” sólo, en el Toyota
importado de color azul en el que se movilizaba; afirmando que había muchos
controles policiales en las rutas; por lo que se decidió la entrega de la
mercadería para el día siguiente, feriado por el aniversario de la
independencia de la Nación, a las 8,30 de la mañana. El delincuente no iría al
lugar de la entrega sino que esperaría en la cafetería del hotel ubicado en Boulevard
Avellaneda y Santa Fe, donde se debía entregar el dinero.
Se montó el discreto operativo policial, el Oficial
Fernández iría al lugar de la entrega de la mercadería, Kluwak iría al Hotel.
Galanzino, dirigiendo el operativo, a una cuadra de
distancia de donde estaba el Oficial Fernández, advierte el desplazamiento de
un BMW color verde claro, y detrás, un
camión. Por ocultarse de la vista de aquellos vehículos, no advierte el paso de
un tercer vehículo.
El oficial Fernández solicita que se proceda de manera
urgente. Todo el personal actúa conforme lo requiere la modalidad del
procedimiento. El automóvil BMW ostentaba una placa de bronce de gran tamaño
con la inscripción “Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe – Juez”. El
asiento del acompañante era ocupado por el Juez de Crimen de la 3ª Nominación
de Rosario, Dr. Daniel Canavosio. El vehículo era conducido por un tal Burgos,
propietario de una Gomería ubicada en Mendoza y Matienzo de Rosario.
El camión era un Fiat 619 y a la vista tenía una hilera de
cajones de verdura vacios. Tras ellos se encontraba la mercadería ofertada y
que se determinó que había sido sustraída con la modalidad de piratería del
asfalto, en la Ruta Nacional Nº 2, en inmediaciones de General Acha, Provincia
de La Pampa, en perjuicio de la empresa Philips.
Se procedió a la detención de los dos ocupantes del camión y
de tres sujetos oriundos de Baradero, Provincia de Buenos Aires, que se
movilizaban en el tercer vehículo.
Simultáneamente el Oficial Kluwak recibió la orden de
actuar, y con refuerzos procedió a la detención de quienes esperaban cobrar el
importe convenido por la venta de la mercadería robada. Estos resultaron ser una
mujer, prima de quien fuera Ministro de Gobierno de la Provincia, Dr. Alberto
Didier, su esposo Juan Carlos Duri y el hijo de ambos.
Ante la gravedad institucional, impuesto del hecho, se hizo
presente en el lugar del procedimiento, el Jefe de la Unidad Regional II, Comisario
General Deolindo Rubén Pérez, quien dispuso autorizar el retiro del lugar del Juez
Dr. Daniel Canavosio.
En un primer momento interviene en la causa, el Juez de
Instrucción de la 5ª Nominación de Rosario, Dr. Oscar Barbero, quien al recibir
las actuaciones, de inmediato ordenó la libertad de Burgos, Duri, su esposa e
hijo.
Al Juez de Crimen de la 3ª Nominación de Rosario, Dr. Daniel
Canavosio no se lo destituyó. Se le aceptó la renuncia.
Al Dr. Daniel Canavosio, a los 57
años, el 11 de enero de 2004, se le apareció el “Ángel de la Muerte” para
decirle “Insensato, esta noche morirás”.
Fue hallado muerto en el fondo de la piscina de su quinta en la localidad de
Funes.
Orlando Agustín Gauna Bracamonte
1 comentario:
Sr Gauna siempre se dice que para hacer un buen trabajo periodístico hay que investigar y vale la corrección que el Dr. Canavosio no fue destituido de su cargo ni tampoco renunció al mismo, el Dr. Canavosio su sobreseido de cargos y culpa por la justicia. Luego de una evaluación le otorgaron la jubilación. Yo de mi parte llegue a conocerlo bien y me pareció siempre una excelente persona. Saludos.
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