lunes, 25 de noviembre de 2013

Piratas del asfalto, política y justicia

Hace varios años, un Oficial Jefe de la Policía santafesina me confió que una noche, estando como Oficial de Servicio de una Comisaría del Sur de la
Provincia, alrededor de las 22 horas, llegó un Comisario Inspector que hacía las veces de Oficial de Día, en lo que parecía una visita de recorrida habitual, pero antes de retirarse le expresó: “Oficial, como a las 12 de la noche, va a venir un camionero a denunciar que lo acaban de asaltar. Por favor, atiéndalo muy bien”.
El oficial de servicio dudaba que su superior tuviera poderes paranormales que le permitieran predecir hechos futuros por lo que no había alternativas. El superior, estaba involucrado en los robos de piratas del asfalto.
¿Qué hacer? Ante el poder mafioso de los dueños del poder, solo le quedaba mirar para otro lado y seguir las instrucciones recibidas.
Es fácil criticar la actitud pasiva de aquel joven oficial. Debería haberse involucrado. Denunciar al superior corrupto. ¿Con qué pruebas? ¿Ante quién?
Basta remitirse al libro “Poder, justicia y drogas” escrito por el Comisario General Luis Alberto Galanzino para comprender el crecimiento del delito.
En el libro, relata que el 8 de julio de 1987 siendo Jefe de Robos y Hurtos de la Unidad Regional II(Departamento Rosario) de la Provincia de Santa Fe, recibe el dato del número telefónico de una persona que ofrecía para la venta, la carga completa de un camión de electrodomésticos. Galanzino, identificándose como propietario de varias casas de electrodomésticos, se comunica con el “vendedor” quien le informa que vendía 514 televisores color, 302 televisores  blanco y negro, 104 centros musicales y 500 batidoras eléctricas; por lo que pedía 750.000 Australes, la moneda nacional de curso legal en esos años.
Se acuerda un encuentro para las 15 horas, en un bar ubicado en Avellaneda y 9 de Julio de la Ciudad de Rosario.

A la entrevista, concurre, simulando ser el comprador, el Oficial Juan Kluwak, al que el delincuente le exige ver el dinero para la compra, como paso previo a la operación de entrega de la mercadería, pactando un nuevo encuentro en el mismo lugar, a las 19 horas de ese día.
Se consiguió una cantidad de billetes de cien australes (los de mayor denominación en ese momento), se recortaron pedazos de papeles del mismo tamaño, se consiguieron fajas usadas por entidades bancarias para los fajos de billetes. A las 19 horas Kluwak, concurrió acompañado por el Oficial Enrique Fernández, quien se presentaría como propietario del galpón donde iba a ser depositada la mercadería, al que ubicaban en Gutemberg y Urquiza de esa Ciudad. En la oportunidad se convino en que la mercadería iba a ser entregada a las 20,30 hs., del mismo día, en la dirección mencionada.
Pero a esa hora, concurrió el “vendedor” sólo, en el Toyota importado de color azul en el que se movilizaba; afirmando que había muchos controles policiales en las rutas; por lo que se decidió la entrega de la mercadería para el día siguiente, feriado por el aniversario de la independencia de la Nación, a las 8,30 de la mañana. El delincuente no iría al lugar de la entrega sino que esperaría en la cafetería del hotel ubicado en Boulevard Avellaneda y Santa Fe, donde se debía entregar el dinero.
Se montó el discreto operativo policial, el Oficial Fernández iría al lugar de la entrega de la mercadería, Kluwak iría al Hotel.
Galanzino, dirigiendo el operativo, a una cuadra de distancia de donde estaba el Oficial Fernández, advierte el desplazamiento de un  BMW color verde claro, y detrás, un camión. Por ocultarse de la vista de aquellos vehículos, no advierte el paso de un tercer vehículo.

El oficial Fernández solicita que se proceda de manera urgente. Todo el personal actúa conforme lo requiere la modalidad del procedimiento. El automóvil BMW ostentaba una placa de bronce de gran tamaño con la inscripción “Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe – Juez”. El asiento del acompañante era ocupado por el Juez de Crimen de la 3ª Nominación de Rosario, Dr. Daniel Canavosio. El vehículo era conducido por un tal Burgos, propietario de una Gomería ubicada en Mendoza y Matienzo de Rosario.
El camión era un Fiat 619 y a la vista tenía una hilera de cajones de verdura vacios. Tras ellos se encontraba la mercadería ofertada y que se determinó que había sido sustraída con la modalidad de piratería del asfalto, en la Ruta Nacional Nº 2, en inmediaciones de General Acha, Provincia de La Pampa, en perjuicio de la empresa Philips.

Se procedió a la detención de los dos ocupantes del camión y de tres sujetos oriundos de Baradero, Provincia de Buenos Aires, que se movilizaban en el tercer vehículo.
Simultáneamente el Oficial Kluwak recibió la orden de actuar, y con refuerzos procedió a la detención de quienes esperaban cobrar el importe convenido por la venta de la mercadería robada. Estos resultaron ser una mujer, prima de quien fuera Ministro de Gobierno de la Provincia, Dr. Alberto Didier, su esposo Juan Carlos Duri y el hijo de ambos.
Ante la gravedad institucional, impuesto del hecho, se hizo presente en el lugar del procedimiento, el Jefe de la Unidad Regional II, Comisario General Deolindo Rubén Pérez, quien dispuso autorizar el retiro del lugar del Juez Dr. Daniel Canavosio.
En un primer momento interviene en la causa, el Juez de Instrucción de la 5ª Nominación de Rosario, Dr. Oscar Barbero, quien al recibir las actuaciones, de inmediato ordenó la libertad de Burgos, Duri, su esposa e hijo.
Al Juez de Crimen de la 3ª Nominación de Rosario, Dr. Daniel Canavosio no se lo destituyó. Se le aceptó la renuncia.

Al Dr. Daniel Canavosio, a los  57 años, el 11 de enero de 2004, se le apareció el “Ángel de la Muerte” para decirle “Insensato, esta noche morirás”. Fue hallado muerto en el fondo de la piscina de su quinta en la localidad de Funes.

Orlando Agustín Gauna Bracamonte

1 comentario:

Ruben68 dijo...

Sr Gauna siempre se dice que para hacer un buen trabajo periodístico hay que investigar y vale la corrección que el Dr. Canavosio no fue destituido de su cargo ni tampoco renunció al mismo, el Dr. Canavosio su sobreseido de cargos y culpa por la justicia. Luego de una evaluación le otorgaron la jubilación. Yo de mi parte llegue a conocerlo bien y me pareció siempre una excelente persona. Saludos.