El periodista Adrián Ventura de la nación, escribió en La Nación bajo el
título El error del blanqueo que nadie detectó que:
El blanqueo de capitales tendrá media sanción en el Senado. Pero, tal vez, hay un error de origen: la ley debió iniciarse por Diputados, como cámara de origen.
Es un principio que las normas que tienen contenido tributario deben estar plasmadas en leyes formales y, además, deben iniciarse por la Cámara de Diputados, que es la representante más cercana del pueblo. Lo establecen expresamente muchas constituciones de Occidente y también la Constitución nacional.
El Poder Ejecutivo, cuando envió el proyecto de blanqueo de capitales, lo ingresó por Senado, porque no tiene problemas para lograr la mayoría política, entre propios y aliados.
La oposición planteó muchas objeciones al blanqueo: detectó que el Gobierno imprimirá Cedin, a los que llamó patacones verdes; descubrió cómo se puede usar el blanqueo para hacer nuevas operaciones de lavado y también advirtió sobre los riesgos de que el blanqueo sirva para convertir a la Argentina en un paraíso del dinero sucio.
Nadie advirtió, sin embargo, que el proyecto de ley establece que los capitales que se exterioricen para ser blanqueados estarán exentos del pago de todo impuesto.
Haber iniciado el proyecto por Senado, en lugar de Diputados, es una violación a la Constitución Nacional y puede ser otro punto flaco de la ley que se aprobará en el Senado y, la semana próxima, en Diputados.
Digamos que desde el “parto” la cosa no anda bien.
El bebé viene de nalgas. (Raro que los legisladores “progre” no exijan el
aborto)
Pero si la criatura logra sobrevivir, puede durar
hasta el cambio de gobierno. Porque allí se pudre todo. “Nos quedamos con la
guita y encima metemos en cana a todos estos ladrones”.
Qué duda cabe que esa “guita”
es del pueblo, robada en negociados y sobreprecios. Muchos de los actuales
legisladores dejaron un “precioso” antecedente:
El Congreso de la Nación, PUEDE ANULAR LEYES.
El 2 de setiembre de 2003 se promulgó la Ley
25.779 que anulaba las leyes llamadas de Punto Final y Obediencia Debida.
La Ley 25.779 echaba por tierra el principio
jurídico de los derechos adquiridos. Aumentaba las atribuciones del Congreso de
la Nación. Además de sancionar, modificar y derogar leyes, ahora también asume
la atribución de ANULAR LEYES.
Con este antecedente, con el cambio de gobierno,
se puede anular la ley de blanqueo, identificar a los “blanqueadores”,
incautarles los dineros mal habidos y meterlos presos.
Vengan ladrones de mi Patria a blanquear los
dineros mal habidos, cámbienlos por los Cedín, papelitos que en su momento
podrán utilizar para secarse las lágrimas o para otros menesteres.
Orlando Agustín Gauna Bracamonte
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