Gatillo fácil

Las organizaciones de izquierda en su lucha por destruir las instituciones del país han generado varias expresiones malintencionadas en sus objetivos.
La de “gatillo fácil” fue recepcionada con total entusiasmo por los medios de comunicación, los cuales se mostraron adictos a estos sofismas para impactar en la opinión pública haciéndoles el juego de manera consciente o inconsciente.
El “gatillo fácil” se transformó en el escudo protector de los delincuentes los cuales así protegidos iniciaron una escalada criminal nunca vista en nuestro país.
Con el transcurso del tiempo la sociedad se ha visto asolada por el “gatillo fácil” de los criminales que no vacilan en tirar primero y robar después.
Miles de argentinos víctimas de esta modalidad han perdido sus vidas y otros tantos han quedado con graves secuelas físicas y síquicas.
Cientos de policías muertos por la falta de apoyo institucional que generó dudas en ellos a la hora de defenderse legítimamente son íconos imborrables de una política mendaz que no vaciló en usarlos como elementos descartables.
El temor que deberían sentir los delincuentes se lo ha trasladado a la población la cual es robada, herida o muerta mientras los gobiernos mienten sobre políticas de seguridad que nunca se concretan porque se antepone el derecho del criminal al del ciudadano.
El “gatillo fácil” cambió de dedo gracias a la actividad de quienes lo denunciaban para favorecer su actividad ideológica simulada en la supuesta defensa de derechos humanos.
Revertir esta situación no es posible mientras en el gobierno y el Congreso se enquisten elementos que subvirtieron las leyes por medio de las armas en épocas pasadas y hoy lo hacen burlando la democracia.
Los argentinos deben resignarse a seguir cambiando los roles con los delincuentes, es decir vivir tras las rejas en sus casas, en libertad y vida condicional, mientras los criminales se pasean con absoluta tranquilidad por las calles.
La indiferencia de un pueblo individualista y egoísta que piensa sólo en sí mismo sin importarle el bien común ha sido el culpable de esta realidad violenta y sigue con su voto apoyando la inseguridad …
…hasta que el “gatillo fácil” de un delincuente lo haga su víctima.


Dario