Es difícil determinar una escala de valores para decir si tal o cual corte de calles está justificado. Para los docentes que reclaman por sus salarios, su causa es la más justa; para los médicos que demandan mejora en las condiciones laborales, su situación no da para más; para los integrantes de
No es que ignoren la ilegalidad de la medida, pero ante la impotencia que genera la falta de respuesta de quienes deben resolver cada uno de los problemas, todos se lanzan a la calle y queman cubiertas, e interrumpen el tránsito para que se sienta, para que moleste y con la presión de todos (de los directamente damnificados y de los que padecen las consecuencias de los cortes) quizás logren lo que de otra forma, probablemente no conseguirían.
“Si ilegal es el corte de calles, también es ilegal que no tengamos vivienda ni trabajo, a pesar de ser un derecho constitucional”, se quejan los integrantes de
Pero lo que tal vez no previmos es el desarrollo inusitado que iba a tener la “cultura del corte” en la sociedad como forma de manifestación casi natural. Y un ejemplo lo constituyen los festejos de los estudiantes que celebran su arribo al 5° año de la secundaria (legítimo) cortando la calle en forma imprevista, en horario pico, complicando la vida de un montón de gente.
Este
Pregunta: ¿es necesario embromar a tanta gente para demostrar la felicidad propia? ¿No se puede elegir un punto de concentración como un parque o un espacio público abierto, sin tránsito, para celebrar? ¿Es lo mismo cortar la calle por una situación extrema de pobreza que hacerlo para demostrar la dicha de terminar la escuela, aunque en ambos casos esté prohibido hacerlo? Es evidente que no. Un desocupado está desesperado por sobrevivir y el estudiante de 5° sólo quiere festejar. No le importa cómo ni dónde.
Estamos viviendo tiempos de cambio y cuando esto sucede, todo (hasta la escala de valores) tambalea, a veces para bien, y otras no tanto. Hoy, un automovilista enfurecido le decía a otro: “me gustaría que estuviera acá, embotellado como nosotros, alguno de los padres de éstos que se sienten dueños de todo. Lo primero que harían es llamar al 911, o a
EL DECRETO CONCILIAR "UNITATIS REDINTEGRATIO" Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
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Hace 1 día
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