Kirchner, lejos de combatir que YPF repatriase dividendos tras su españolización en 1999 —“la han juntado en pala en los últimos nueve años”, dice su viuda—, recibió de la firma cerca de un millón de dólares para su campaña electoral de 2003.
Ese año, los argentinos acuden a las urnas. Sólo dos candidatos llegan a la segunda vuelta: Carlos Menem y Néstor Kirchner. Vence el segundo. Los dos, según dos ex altos responsables de YPF, recibieron idéntica aportación para sus respectivas campañas electorales: “entre medio millón y un millón de dólares”.
La ayuda fue oficial y consignada en la contabilidad de YPF, si bien, según las mismas fuentes, hubo que vencer las reticencias de Kirchner a tal registro.
Nadie vio ningún atisbo de ilegalidad en que ambos candidatos captasen fondos de una empresa que tenía control español precisamente porque ambos, desde sus respectivas esferas políticas —Menem como presidente argentino y Kirchner como gobernador de la provincia productora de Santa Cruz—, habían pactado tal proceso privatizador gestado desde 1992.
Por Francisco Mercado
Fuente: El País.
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