Por el Tte Cnel (R) Emilio Guillermo Nani
Me llamó la atención que, en los excelentes artículos publicados en La Nación del 11 de Agosto de 2018 “La ausencia del Estado y las nuevas mafias” y del 12 de Agosto de 2018, “El Estado cooptado y las mafias del poder”, se haya omitido la peor de todas.- La responsable de la existencia de las más de 50 mafias mencionadas en dichos artículos. La responsable del nivel de corrupción estatal destapado en los llamados “cuadernos de la corrupción”; la responsable del desarrollo exponencial de la corrupción estatal, los cárteles de la droga, de la trata de personas y tráfico de bebés.- En fin, de la espantosa decadencia moral a la que ha llegado nuestro castigado país.- Me refiero a la “mafia judicial del fuero penal federal en lo criminal y correccional”, dado que sin jueces y fiscales corruptos o cobardes, ninguna de estas mafias hubiera podido sobrevivir, porque por su acción u omisión, han permitido que nuestro país se convirtiera prácticamente en un lamentable “estado fallido”.
Estos jueces son los que han convivido, sin ningún pudor, con colegas proxenetas y terroristas; otros con vínculos con el narcotráfico; otros, acosadores sexuales; los más, con riquezas que no pueden justificar, siquiera en sus declaraciones juradas y todos, con compromisos con políticos corruptos.
Tan corrupta es esta cofradía judicial que no tuvieron la menor vergüenza en conformar la asociación ilícita llamada “Justicia Legítima”, organizada para garantizarse la propia impunidad y la de los funcionarios kirchneristas corruptos y empresarios voraces, tal como hoy lo estamos viviendo, con una realidad que nos ha estallado en la cara.- Y, como “Justicia Legítima” les pareció poco, armaron la “orga” llamada “Asociación de Jueces Federales de la República Argentina (Ajufe)”, con el argumento de “ser considerados por el actual gobierno”, (algo que no reclamaron cuando el gobierno de Cristina Kirchner pretendió “democratizarlos”), cuando no es más que otra mascarada para asegurarse, como si fuera poco, una mayor y mejor impunidad, ante los múltiples crímenes que vienen cometiendo.
Estos jueces, son los que, escondidos detrás de expedientes plagados de irregularidades, que no soportarían una superficial auditoría, sustanciados por la comisión de supuestos delitos denominados de “lesa humanidad”, dejaron que los verdaderos mafiosos pudieran apoderarse de nuestra Patria y de nuestro futuro, dado que semejante grado de corrupción y degradación moral, sólo pudo darse bajo el amparo de jueces y fiscales que les garantizaran su impunidad.
Estos jueces son los que han hecho del prevaricato su metodología de negar justicia, condenando a muerte a miles de miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias y civiles, en el marco de un verdadero plan sistemático y criminal de exterminio de un sector de la población, diseñado y ejecutado por la corporación político-judicial más inútil y corrupta de toda nuestra historia, por haber cometido el “delito” de preservar la libertad de todos los argentinos, a quiénes les evitaron los padecimientos de los pueblos cubano, nicaragüense, venezolano o colombiano, por sólo mencionar los países de la Hispanoamérica.
Estos jueces son los que han conseguido que en nuestro país haya una ausencia casi absoluta de garantías constitucionales y procesales, porque permitieron que, desde el 10 de Diciembre de 1983, se arrasara con el Estado de Derecho, obedeciendo las órdenes del gobierno de turno para impulsar causas o adormecer aquéllas que involucraban a los jerarcas del poder.- Con mucha tristeza, hoy estamos asistiendo a las consecuencias de su corrupto accionar.
Lo lamentable es muchos muchos autores y periodistas, en sus libros y artículos, desde hace décadas, nos vinieron advirtiendo sobre la degradación sistemática de la Justicia y de sus responsabilidades en los encubrimientos de los delitos de los funcionarios de los poderes del Estado y del crimen organizado, pero no lo vimos, no lo quisimos ver o no nos importó verlo.
A pesar de todos esos antecedentes, los jueces federales del fuero penal criminal y correccional, continuaron con la destrucción del andamiaje legal de nuestra Nación, convirtiéndonos, no sólo en el hazmerreír del mundo, sino en un país no confiable para las inversiones que tanto estamos necesitando, en el que la inseguridad jurídica parece haber llegado para quedarse.
Eso sí, para justificar su inacción ante el crimen organizado y la corrupción, se ensañaron con los miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias que, con su sacrificio, impidieron que el proyecto castro comunista de Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo/Movimiento Todos por la Patria, lograra su cometido de conculcarnos la libertad que, hasta hoy, disfrutan todos los argentinos.
EL DECRETO CONCILIAR "UNITATIS REDINTEGRATIO" Y EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
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