El terrorismo en la Argentina, fue un "virus importado", en un principio, por razones comunicacionales de idioma, desde la Cuba castro - comunista. Y poco a poco, ese "virus" fue reforzando su carácter maligno, en la URSS y en la República Libanesa.
Unos 2.700 argentinos viajaron a Cuba durante varios años, a recibir instrucción militar de distinta naturaleza.Algunos fueron entrenados en insurrección y sublevación de masas, otros recibieron entrenamiento militar ya sean tácticas de combate, en la preparación de emboscadas y ataques por sorpresa -donde su exiguo número se transformaba en dominio a raíz del factor sorpresa - otros en precisos golpes comando, con personas decididas, con sangre fría, manejo de distintos tipos de armas que los convertía en “killers”, aunque no fuese el término que ellos utilizaban.
Hubo también quienes recibieron otros cursos. Como conducción de grupos y facciones destinados a planear y conducir distintos tipos de lucha terrorista, como atentados con bombas, asesinatos de personalidades, formas de planeamiento, acceso al objetivo, desarrollo y escape, incluyendo la evacuación de heridos y su posterior recuperación o entierro clandestino para no dejar rastros, igual que los muertos en el combate para evitar que sean buscados a través de su identificación.
Esos entierros clandestinos,
se suman en el número de desaparecidos.
Muchos fueron entrenados en inteligencia de combate, reconocimiento del lugar, identificación de “fuerzas represivas” y de sus probables vías de acceso al lugar, ubicación de postas sanitarias, formas y lugares de evacuación, etc. Es la inteligencia táctica o de combate.
También existían cursos prolongados de inteligencia política o para grandes operaciones militares en las que generalmente se empleaban periodistas, por su capacidad para portar grabadores, cámaras, etc. y por su facilidad de circulación en el “mundo libre”, recordar que los sindicatos gráficos o de prensa fueron objetivo prioritario.
Cuando estos reunían las condiciones necesarias, como buena pluma, capacidad de observación y de síntesis, eran ocupados y se les brindaba entrenamiento en medios de la Isla de Cuba, agencias de noticias, radios o dirección de medios de prensa, otros, eran preparados en técnicas especiales como cifrado, claves y descriptamiento. En estos casos se otorgaban capacitaciones en la misma U.R.S.S. o en países de su órbita con especialistas de la KGB. El descriptamiento atribuido a Rodolfo Walsh del mensaje del Ejército de EE.UU. ordenando la invasión a Bahía de Cochinos sólo es atribuible a alguien con conocimientos de encriptado y descifrado / desencriptado (con claves y sin claves) a pesar que Bonasso diga que lo logró “porque le gustaban las palabras cruzadas”. En el mismo sentido, Verbitsky, Bonasso, Francisco Paco Urondo, Juan Gelman, etc. formaron parte de una pléyade de escritores que utilizaron Cuba y la U.R.S.S. para sus objetivos, desde Gabo García Márquez, pasando por Diego de Rivera y Frida Kahlo.
No sólo el entrenamiento militar, político e ideológico en Cuba marca su carácter internacional. A esta caracterización concurren además la cantidad de integrantes “internacionalistas”, uruguayos, bolivianos, chilenos, suecos, franceses, etc., incorporados a las organizaciones terroristas que operaban en nuestro país, tanto en el “combate de monte” como en “casas de seguridad”, “cárceles del pueblo”.
También marca su carácter internacional, la “Escuela de Cuadros” del PRT-ERP que fuera trasladada desde las sierras de Córdoba a las cercanías de Santiago de Chile, durante el mandato de Salvador Allende, transformándose en “Escuela Internacional de Cuadros para Latinoamérica”.
Al igual que las relaciones de Montoneros con países árabes y el intercambio de tecnología para fabricar exógeno, (un explosivo de alta potencia y velocidad de detonación, utilizado en carga de bombas, granadas a cordón detonante y para la elaboración de explosivo plástico tipo C4). Esta tecnología aplicada a pequeños reactores desarrollados por ingenieros químicos de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL fue distribuida en Argentina en Córdoba, Rosario y Buenos Aires; otra fue instalada en Brasil como “retaguardia”, y una más fue entregada a Yasser Arafat a cambio de entrenamiento de milicias montoneras en El Líbano, donde se entrenaban en tiro sobre blancos móviles y desde vehículos en marcha, entre otras cosas.
Con referencia a estos acuerdos, existe una investigación profunda y detallada de las relaciones de la cúpula de montoneros con jeques y jerarcas árabes, escrito por el analista político George Chaya referido expresamente al tema ("Montoneros y el fundamentalismo árabe"). También en el libro de Juan B. "Tata" Yofre ("Fue Cuba").
En el mismo sentido, el abogado, historiador y escritor Enrique Díaz Araujo en su libro de cuatro tomos, prueba su tesis “El departamento América del Partido Comunista Cubano creó, organizó y apoyó los movimientos revolucionarios en América Latina”. En dicha obra, el autor menciona más de 500 autores izquierda, más de 300 de derecha y unos 30 neutrales, entre los que se incluye.
Basta ver en internet la historia de las “Brigadas Rojas” italianas, sus símbolos y objetivos para verificar la igualdad con los del PRT-ERP , desde la Estrella Roja como símbolo, hasta las consignas políticas.
A ello debe agregarse la fuga de la cárcel de Trelew, de las cúpulas terroristas que recibidos por Allende en Chile, se refugiaron en Cuba, con la creación de las “guarderías” para los hijos de los "militantes" que regresaban momentáneamente a la Argentina para cometer nuevos atentados criminales.
Otros rasgos de internacionalismo quedan en evidencia en las "Brigadas del Café" que colaboraban en Nicaragua, la presencia de varios dirigentes del ERP en el gobierno sandinista como Hugo Irurzun y Gorriarán Merlo que desarrollaron luego la operación del asesinato de Somoza en Asunción del Paraguay o el frustrado copamiento del cuartel de La Tablada con armamento y algunos cuadros entrenados en Managua.
La otra prueba reciente de que las organizaciones terroristas en Argentina tenían contacto directo con Cuba fue la declaración en televisión de José Luis Machinea y de Jesús Rodríguez, ratificada en otro programa por Graciela Fernandez Meijide sobre el periplo de Alfonsín en Chile, con el MIR chileno y en Cuba para pedirle a Fidel Castro que “frenara a las organizaciones armadas argentinas, para evitar que las FFAA se consolidaran” con esa excusa.
Con estas declaraciones se derriban varios mitos, como el que indica que “en el momento del golpe militar las organizaciones armadas se encontraban desarticuladas”.
O la remanida frase que “No se trataba terroristas sino de jóvenes idealistas”.
También que fue “un fenómeno nacional” por la “dictadura”.
Infectados por el "virus importado", a sangre y fuego quisieron instalar en la Argentina, una dictadura de raíces foráneas.
Se recomienda ver en Internet la desclasificación que hace Rusia de los archivos del Comintern (Comité Internacional del Partido Comunista de la U.R.S.S.), particularmente la vida de Victorio Codovilla, italo argentino, delegado del Comintern y con misiones internacionales en la Guerra Civil Española y en la muerte de Trotsky en México.
Al igual que las relaciones de Montoneros con países árabes y el intercambio de tecnología para fabricar exógeno, (un explosivo de alta potencia y velocidad de detonación, utilizado en carga de bombas, granadas a cordón detonante y para la elaboración de explosivo plástico tipo C4). Esta tecnología aplicada a pequeños reactores desarrollados por ingenieros químicos de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL fue distribuida en Argentina en Córdoba, Rosario y Buenos Aires; otra fue instalada en Brasil como “retaguardia”, y una más fue entregada a Yasser Arafat a cambio de entrenamiento de milicias montoneras en El Líbano, donde se entrenaban en tiro sobre blancos móviles y desde vehículos en marcha, entre otras cosas.
Con referencia a estos acuerdos, existe una investigación profunda y detallada de las relaciones de la cúpula de montoneros con jeques y jerarcas árabes, escrito por el analista político George Chaya referido expresamente al tema ("Montoneros y el fundamentalismo árabe"). También en el libro de Juan B. "Tata" Yofre ("Fue Cuba").
En el mismo sentido, el abogado, historiador y escritor Enrique Díaz Araujo en su libro de cuatro tomos, prueba su tesis “El departamento América del Partido Comunista Cubano creó, organizó y apoyó los movimientos revolucionarios en América Latina”. En dicha obra, el autor menciona más de 500 autores izquierda, más de 300 de derecha y unos 30 neutrales, entre los que se incluye.
Basta ver en internet la historia de las “Brigadas Rojas” italianas, sus símbolos y objetivos para verificar la igualdad con los del PRT-ERP , desde la Estrella Roja como símbolo, hasta las consignas políticas.
A ello debe agregarse la fuga de la cárcel de Trelew, de las cúpulas terroristas que recibidos por Allende en Chile, se refugiaron en Cuba, con la creación de las “guarderías” para los hijos de los "militantes" que regresaban momentáneamente a la Argentina para cometer nuevos atentados criminales.
Otros rasgos de internacionalismo quedan en evidencia en las "Brigadas del Café" que colaboraban en Nicaragua, la presencia de varios dirigentes del ERP en el gobierno sandinista como Hugo Irurzun y Gorriarán Merlo que desarrollaron luego la operación del asesinato de Somoza en Asunción del Paraguay o el frustrado copamiento del cuartel de La Tablada con armamento y algunos cuadros entrenados en Managua.
La otra prueba reciente de que las organizaciones terroristas en Argentina tenían contacto directo con Cuba fue la declaración en televisión de José Luis Machinea y de Jesús Rodríguez, ratificada en otro programa por Graciela Fernandez Meijide sobre el periplo de Alfonsín en Chile, con el MIR chileno y en Cuba para pedirle a Fidel Castro que “frenara a las organizaciones armadas argentinas, para evitar que las FFAA se consolidaran” con esa excusa.
Con estas declaraciones se derriban varios mitos, como el que indica que “en el momento del golpe militar las organizaciones armadas se encontraban desarticuladas”.
O la remanida frase que “No se trataba terroristas sino de jóvenes idealistas”.
También que fue “un fenómeno nacional” por la “dictadura”.
Infectados por el "virus importado", a sangre y fuego quisieron instalar en la Argentina, una dictadura de raíces foráneas.
Se recomienda ver en Internet la desclasificación que hace Rusia de los archivos del Comintern (Comité Internacional del Partido Comunista de la U.R.S.S.), particularmente la vida de Victorio Codovilla, italo argentino, delegado del Comintern y con misiones internacionales en la Guerra Civil Española y en la muerte de Trotsky en México.
Ver también “El Soviet del Caribe” y el manejo de los PC de todos los países del mundo por parte de un núcleo secreto y minúsculo que ejercía ese control con políticas y órdenes de U.R.S.S. inicialmente hasta 1945 con el mencionado Comintern y luego con el Cominform.
Cristina Yozia y Orlando Agustín Gauna Bracamonte
Cristina Yozia y Orlando Agustín Gauna Bracamonte
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