Desde su lógica política, CFK necesitaba violar ayer explícitamente el artículo 93 de la Constitución Nacional, que establece que el presidente y el vice “prestarán juramento en manos del presidente del Senado”. Así, en una pobre imitación de la autocoronación de Napoleón, la presidente dejó en claro que se coloca por encima de las leyes y que el Congreso, representado por la figura de Cobos, ha dejado de ser un poder del Estado con la misma jerarquía que el Poder Ejecutivo. Y, para que no quedarán dudas, remató su juramento nada menos que equiparando a “Él” con Dios y la Patria. En circunstancias de normalidad institucional -éstas no lo son- semejante conducta desataría un escándalo político.
La frase dedicada a la CGT, “con Perón no había derecho a huelga; con nosotros sí, pero de huelga, no de chantaje ni extorsión” fue doblemente infeliz. Primero, porque denostó al fundador del justicialismo y segundo, porque utilizó el clásico argumento de los gobiernos autoritarios -y las dictaduras-, que es equiparar las huelgas con la comisión de un ilícito.
Por Carlos Tórtora
Fuente: Informador Público
Leer mas...
LA SUTIL INVASIÓN DEL SATANISMO
-
*El liberalismo está permitiendo que el satanismo se propague bajo el manto
del “arte”*
Por *Marian T. Horvat*, Ph.D.
A menudo he comentado que los jugu...
Hace 14 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario