Fue extraño que el primer reportaje que concediera Sergio Schoklender después de que estallara el escándalo fuera a Clarín. En alguna medida, la explicación sería que se trata del medio ideal para enviarle un mensaje al gobierno: que no lo investiguen. Para empezar, sostuvo que las Madres avalaban lo que él hacía y deshacía. Ayer, entrevistado por Eduardo Feinmann en C5N, la amenaza fue aún más explícita, al sostener que justificar su patrimonio le resultaría mucho más fácil a él que a muchos funcionarios públicos.
El monto total de los subsidios oficiales destinados a la construcción de viviendas por la Fundación Madres de Plaza de Mayo habría alcanzado los U$S 300 millones. Una investigación dispuesta por el diputado Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez, determinó que el parricida le sobrefacturaba al Ministerio de Planificación el doble que las empresas privadas.
Por Guillermo CherashnyFuente: El informador público
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