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Decálogo del buen gobernante
1) Servirás al ciudadano, al menos como a ti mismo, y antes que a ti mismo.
2) Escucharás la voz de la oposición, prestando más atención a lo que dice que a quién lo dice.
3) Incentivarás el espíritu de trabajo, que es mejor que la beneficencia, y premiarás el esfuerzo, llave de todo progreso.
4) Designarás a los funcionarios valorando su profesionalismo y decencia, más que la pertenencia al partido o a la vinculación familiar.
5) Dedicarás los mejores esfuerzos a la educación, base de la industria del conocimiento.
6) Abrirás la mente y el corazón a la pluralidad, sabiendo que la diversidad es riqueza de unidad.
7) Promoverás la justicia, que es dar a cada uno lo que le corresponde. Tarea ésta que compromete a todo ciudadano.
8) Cultivarás la religión de los valores siendo incombustible ante el soborno, infatigable ante el trabajo, inmisericorde ante la corrupción y firme defensor de la dignidad de la Patria.
9) Podrás tener una debilidad: privilegiar a los más necesitados, a los ancianos y a las minorías postergadas.
10) Gobernarás desde la coherencia: palabras, pocas; se olvidan. Hechos, muchos; convencen. Tu testimonio de político probo será tu mejor aliado y la garantía de tus promesas.
Hermano Marista Eugenio Magdaleno
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