sábado, 31 de mayo de 2014

Los jueces de la vergüenza

Este jueves, propios y ajenos se sorprendieron cuando trascendió que la Sala I de la Cámara Federal porteña busca apartar al juez Ariel Lijo, quien investiga a Amado Boudou por el caso Ciccone.
Es el mismo tribunal que en su momento resolvió apartar al juez federal Daniel Rafecas del caso Ciccone, luego de que el socio y amigo del vicepresidente Amado Boudou, José María Núñez Carmona, lo acusara por falta de "imparcialidad".
El juzgado que decidió esa medida está integrada por los camaristas Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero, tristemente célebre por sus fallos siempre reñidos con la honestidad judicial.
Esos jueces fueron, por ejemplo, quienes sobreseyeron en noviembre de 2011 al secretario de Energía, Daniel Cameron, a ex funcionarios y ex ejecutivos en la causa por presunto pago de sobreprecios en la ampliación de gasoductos en el país en el 2005, por parte de la empresa sueca Skanska.
Además de Cameron y otros ex funcionarios, la Cámara también dejó sin efecto los procesamientos de varios ex directivos de la firma Skanska, así como de Transportadora de Gas del Norte (TGN) y de Transportadora de Gas del Sur (TGS).
Lo interesante del caso es que la de la Cámara no coincide con lo que llegó a admitir la empresa de construcción. Es que la compañía sueca Skanska reconoció en el año 2006 haber pagado "comisiones indebidas" a funcionarios públicos vinculados en la construcción de los gasoductos Norte y Sur.

Célebres por sus fallos a favor del narcotráfico —siempre bajo argumento de "consumo personal"— Freiler, Farah y Ballestero, han sido los mismos que intentaron una insólita jugada para hacer zafar a la ex ministra Felisa Miceli del expediente que la investiga por el hallazgo de una bolsa con mucho dinero en el baño de su despacho en la cartera de Economía.
Fuente: Tribuna de Periodistas

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