Este
jueves, propios y ajenos se sorprendieron cuando trascendió que la Sala I de la
Cámara Federal porteña busca apartar al juez Ariel Lijo, quien investiga a
Amado Boudou por el caso Ciccone.
Es el
mismo tribunal que en su momento resolvió apartar al juez federal Daniel
Rafecas del caso Ciccone, luego de que el socio y amigo del vicepresidente
Amado Boudou, José María Núñez Carmona, lo acusara por falta de
"imparcialidad".
El
juzgado que decidió esa medida está integrada por los camaristas Eduardo
Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero, tristemente célebre por sus fallos
siempre reñidos con la honestidad judicial.
Esos
jueces fueron, por ejemplo, quienes sobreseyeron en noviembre de 2011 al
secretario de Energía, Daniel Cameron, a ex funcionarios y ex ejecutivos en la
causa por presunto pago de sobreprecios en la ampliación de gasoductos en el
país en el 2005, por parte de la empresa sueca Skanska.
Además
de Cameron y otros ex funcionarios, la Cámara también dejó sin efecto los
procesamientos de varios ex directivos de la firma Skanska, así como de
Transportadora de Gas del Norte (TGN) y de Transportadora de Gas del Sur (TGS).
Lo
interesante del caso es que la de la Cámara no coincide con lo que llegó a
admitir la empresa de construcción. Es que la compañía sueca Skanska
reconoció en el año 2006 haber pagado "comisiones indebidas" a
funcionarios públicos vinculados en la construcción de los gasoductos Norte y
Sur.
Célebres
por sus fallos a favor del narcotráfico —siempre bajo argumento de
"consumo personal"— Freiler, Farah y Ballestero, han sido los mismos
que intentaron una insólita jugada para hacer zafar a la ex ministra Felisa
Miceli del expediente que la investiga por el hallazgo de una bolsa con mucho
dinero en el baño de su despacho en la cartera de Economía.
Fuente: Tribuna de Periodistas
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