Sr Presidente:
Tal vez mis palabras no aclaren, ni echen luz sobre las imputaciones que arbitrariamente se me atribuyen, sino más bien, confundan, porque el primer confundido en este proceso y por mi falta de ejercicio judicial soy yo.
Para ustedes soy un imputado, para el juzgado soy un procesado, para el SPP soy un interno, para el cocinero del penal un ex fuerza, para las cámaras soy un encartado y para los Medios de Comunicación, condena mediática mediante, soy un represor o exmilitar, pero como un acto de propio reconocimiento ante este tribunal, yo soy un soldado que ingreso a los 17 años en 1969, al Ejército Argentino.
Ese mismo año,1969, mientras comenzaba a transitar mis primeros pasos militares, el accionar terrorista se limitaba a robos de armas, asaltos a bancos y asesinatos (entre ellos a los dos dirigentes gremiales más importantes del país: Vandor y Alonso).
El Estado, por medio del Colegio Militar de la Nación, me brindó a través de cinco años de formación militar los conocimientos para egresar como Subteniente. Durante este período desarrollé mi vocación militar que encontró en la disciplina, la obediencia, el deber, la ética y el espíritu de cuerpo las cualidades básicas que cumplen con un solo objetivo: Servir a la Patria.
Mi formación no estuvo basada en la Vta Internacional o en la Revolución Cubana ni mi libro de cabecera era el Manual del Guerrillero Urbano de Carlos Marighela, fui formado por el Estado Argentino con un solo objetivo… la defensa de la Patria.
Parte de mi período como cadete (1970/1973), estuvo marcado por una generalizada y coordinada agresión contra las instituciones del país.
Así aparecen a la luz de la opinión pública, las tres organizaciones terroristas más poderosas que asolaron al país (ERP, Montoneros y FAR).
En este lapso, se cometieron, como bien ya expresó el Dr. Pirrello, más de 530 asesinatos, ataque a Unidades Militares, copamientos de localidades como La Calera y Garín, secuestros y asesinatos, entre otros, de 8 políticos, 53 empresarios, 35 gremialistas, 3 periodistas,
17 funcionarios, 9 docentes y estudiantes, 38 ciudadanos y 6 niños esto, sin contar al personal pertenecientes a las FFAA, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias.
A principio del año 1973, las fuerzas policiales, apoyadas por una justicia independiente, habían logrado detener a casi todos los delincuentes terroristas, los que en su mayoría, al final del período,estaban encarcelados. Pero con la asunción del gobierno de Cámpora
fueron puestos en libertad. Fueron ellos los primeros en llevar el terror a la nueva democracia, un terror que fue respondido, desde el gobierno, de la misma forma con la "triple A", lo que generó un total estado de anarquía.
Egresé el 7/12/73 como Subteniente bajo la presidencia del Grl. Perón y destinado, tras un curso en la Ec I al RIM 22.
En Abril, en concordancia con mi presentación a mi primer destino como subteniente, asesinan al Juez Federal Quiroga y entonces el resto de los camaristas, que habían integrado ladisuelta cámara que había juzgado y encarcelado a la masa de los terroristas, huyeron a Uruguay,
saben porque??. Se fueron del país porque el ERP y Montoneros por medio de un “tribunal revolucionario” habían resuelto su ejecución. Los iban a matar a todos.
La instrucción en el Regimiento hacía a la capacitación en el ambiente geográfico particular, como era la instrucción en palestras, los ejercicios en el terreno, la salida de reconocimiento para la
adaptación y conocimiento de la zona de montaña, que en resumidas cuentas era el servicio militar convencional, a partir del ataque a los cuarteles de la ciudad de Azul, todo se transformó, se incrementó la auto seguridad, se crearon retenes como refuerzo de guardia y comenzaron los patrullajes en vehículos por el perímetro de la unidad, TODO ante la posibilidad de un ataque terrorista.
La violencia desatada por el ERP y Montoneros no diferenciaba entre ciudadanos de civil o de uniforme, niños, mujeres u hombres.
Tal vez mis palabras no aclaren, ni echen luz sobre las imputaciones que arbitrariamente se me atribuyen, sino más bien, confundan, porque el primer confundido en este proceso y por mi falta de ejercicio judicial soy yo.
Para ustedes soy un imputado, para el juzgado soy un procesado, para el SPP soy un interno, para el cocinero del penal un ex fuerza, para las cámaras soy un encartado y para los Medios de Comunicación, condena mediática mediante, soy un represor o exmilitar, pero como un acto de propio reconocimiento ante este tribunal, yo soy un soldado que ingreso a los 17 años en 1969, al Ejército Argentino.
Ese mismo año,1969, mientras comenzaba a transitar mis primeros pasos militares, el accionar terrorista se limitaba a robos de armas, asaltos a bancos y asesinatos (entre ellos a los dos dirigentes gremiales más importantes del país: Vandor y Alonso).
El Estado, por medio del Colegio Militar de la Nación, me brindó a través de cinco años de formación militar los conocimientos para egresar como Subteniente. Durante este período desarrollé mi vocación militar que encontró en la disciplina, la obediencia, el deber, la ética y el espíritu de cuerpo las cualidades básicas que cumplen con un solo objetivo: Servir a la Patria.
Mi formación no estuvo basada en la Vta Internacional o en la Revolución Cubana ni mi libro de cabecera era el Manual del Guerrillero Urbano de Carlos Marighela, fui formado por el Estado Argentino con un solo objetivo… la defensa de la Patria.
Parte de mi período como cadete (1970/1973), estuvo marcado por una generalizada y coordinada agresión contra las instituciones del país.
Así aparecen a la luz de la opinión pública, las tres organizaciones terroristas más poderosas que asolaron al país (ERP, Montoneros y FAR).
En este lapso, se cometieron, como bien ya expresó el Dr. Pirrello, más de 530 asesinatos, ataque a Unidades Militares, copamientos de localidades como La Calera y Garín, secuestros y asesinatos, entre otros, de 8 políticos, 53 empresarios, 35 gremialistas, 3 periodistas,
17 funcionarios, 9 docentes y estudiantes, 38 ciudadanos y 6 niños esto, sin contar al personal pertenecientes a las FFAA, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias.
A principio del año 1973, las fuerzas policiales, apoyadas por una justicia independiente, habían logrado detener a casi todos los delincuentes terroristas, los que en su mayoría, al final del período,estaban encarcelados. Pero con la asunción del gobierno de Cámpora
fueron puestos en libertad. Fueron ellos los primeros en llevar el terror a la nueva democracia, un terror que fue respondido, desde el gobierno, de la misma forma con la "triple A", lo que generó un total estado de anarquía.
Egresé el 7/12/73 como Subteniente bajo la presidencia del Grl. Perón y destinado, tras un curso en la Ec I al RIM 22.
En Abril, en concordancia con mi presentación a mi primer destino como subteniente, asesinan al Juez Federal Quiroga y entonces el resto de los camaristas, que habían integrado ladisuelta cámara que había juzgado y encarcelado a la masa de los terroristas, huyeron a Uruguay,
saben porque??. Se fueron del país porque el ERP y Montoneros por medio de un “tribunal revolucionario” habían resuelto su ejecución. Los iban a matar a todos.
La instrucción en el Regimiento hacía a la capacitación en el ambiente geográfico particular, como era la instrucción en palestras, los ejercicios en el terreno, la salida de reconocimiento para la
adaptación y conocimiento de la zona de montaña, que en resumidas cuentas era el servicio militar convencional, a partir del ataque a los cuarteles de la ciudad de Azul, todo se transformó, se incrementó la auto seguridad, se crearon retenes como refuerzo de guardia y comenzaron los patrullajes en vehículos por el perímetro de la unidad, TODO ante la posibilidad de un ataque terrorista.
La violencia desatada por el ERP y Montoneros no diferenciaba entre ciudadanos de civil o de uniforme, niños, mujeres u hombres.
Cuando ese año el ERP atacó el Regimiento de Caballería en Azul, el
Presidente Constitucional se puso el uniforme militar y en cadena nacional
afirmaba “que se debía aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal mediante
la lucha a que dé lugar”. Y agregaba “La decisión de las grandes mayorías nacionales de protagonizar una revolución en paz y el
repudio unánime de la ciudadanía, harán que el reducido número de psicópatas
que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República”.
Textual del libro “Los 70 una historia violenta” Marcelo Larraquy – Ed Aguilar
– 2013.
A comienzos de 1975, mi primera licencia anual, fue suspendida ante el inicio del Operativo Independencia, en San Juan se extendieron los patrullajes, se iniciaron los controles de ruta, se brindó seguridad a objetivos vitales como centro de distribución de energía eléctrica,
plantas de potabilización de agua o plantas transmisores (Ej. Antena de radio Colón). La instrucción ya no contemplaba tanto ese servicio militar convencional, sino que tomaba día a día mayor trascendencia la instrucción en operaciones de seguridad.
Durante una operación de seguridad o “ejercicio de capacitación” llamado así por el fiscal al operativo independencia mataron a dos de mis hombres en combate.
Si el fiscal, como esta denunciado, deseaba negociar con algún imputado para conseguir un cuerpo, yo le hubiese indicado, a cambio de nada, uno que está enterrado en el cementerio de Jáchal con varios tiros encima, ingresando a la derecha, encontrará la tumba de mi soldado Benito Edgard Pérez quien junto al cabo Iro Wilfredo Méndez dejaron sus vidas en los Higuerones – Pcia de Tucumán.
El año 1976 comenzó con las mismas características del año anterior, incorporación de la nueva clase, instrucción básica y continuación de las operaciones de seguridad (controles de ruta, patrullaje, seguridad a objetivos vitales).
Como bien expresó ante este tribunal el ex soldado Jorge Vila, a una pregunta del fiscal sobre el 24 de marzo expresó “no vio que cambiara nada con esa circunstancia”, (acta Nro. 71), para mí tampoco, para un subteniente no significó un cambio en las actividades que realizaba habitualmente, el día 24 recibí una orden de operaciones por parte de mi jefe directo donde la compañía de infantería “A” tenía la misión de brindar seguridad a la Casa de Gobierno a órdenes de él.
El fiscal me imputa delitos como un jefe “intermedio”, pero este jefe intermedio no tiene ni a su jefe directo, ni a ninguno de sus subordinados imputados en causa alguna, entonces más que un jefe intermedio soy un jefe solitario. Su accionar supone, contra todo sentido común, presentarme como un militar intrínsecamente enfermo y malvado.
Solo con visitar una hemeroteca se podrá tener una clara idea de la situación del país, enmarcado por la violencia terrorista.
A mi regreso del Operativo Independencia, el 15 de octubre y después de una licencia, pasé a continuar mis servicios en la compañía de reemplazos, subunidad esta, creada en forma experimental para evaluarla incorporación de soldados de 18 años al SMO.
A partir del año 1977 la subunidad impartió capacitación a más de mil soldados conscriptos, los oficiales y suboficiales destinados en la compañía, teníamos dedicación exclusiva a la instrucción de los ciudadanos que se incorporaban cada trimestre, no cumpliendo ningún
otro servicio.
El 23 de noviembre me desempeñaba como oficial de semana cuando se presentó el terremoto de Caucete, pasé varios días relevando daños y necesidades en los departamentos de Albardón, Angaco y San Martín. A fin de año, fui destinado al Regimiento de Infantería 3 sito en la
Tablada.
Por una orden del Comandante en Jefe pisé por primera vez esta tierra sanjuanina, llegué libre, comencé mi carrera militar, aquí formé una familia y si llego a ser condenado deseo cumplir la condena en esta tierra.
Sr Presidente nunca integré una asociación ilícita, nunca torturé, nunca organicé ni integré grupos de poder paralelos con el fin de desarrollar tareas u acciones de modo clandestino o ilegal, nunca utilicé alias, ni nunca me ví involucrado en casos de abusos deshonestos o de índole sexual. Solo integro el Ejército Argentino, ayer como miembro en actividad y hoy en situación de retiro voluntario.
A comienzos de 1975, mi primera licencia anual, fue suspendida ante el inicio del Operativo Independencia, en San Juan se extendieron los patrullajes, se iniciaron los controles de ruta, se brindó seguridad a objetivos vitales como centro de distribución de energía eléctrica,
plantas de potabilización de agua o plantas transmisores (Ej. Antena de radio Colón). La instrucción ya no contemplaba tanto ese servicio militar convencional, sino que tomaba día a día mayor trascendencia la instrucción en operaciones de seguridad.
Durante una operación de seguridad o “ejercicio de capacitación” llamado así por el fiscal al operativo independencia mataron a dos de mis hombres en combate.
Si el fiscal, como esta denunciado, deseaba negociar con algún imputado para conseguir un cuerpo, yo le hubiese indicado, a cambio de nada, uno que está enterrado en el cementerio de Jáchal con varios tiros encima, ingresando a la derecha, encontrará la tumba de mi soldado Benito Edgard Pérez quien junto al cabo Iro Wilfredo Méndez dejaron sus vidas en los Higuerones – Pcia de Tucumán.
El año 1976 comenzó con las mismas características del año anterior, incorporación de la nueva clase, instrucción básica y continuación de las operaciones de seguridad (controles de ruta, patrullaje, seguridad a objetivos vitales).
Como bien expresó ante este tribunal el ex soldado Jorge Vila, a una pregunta del fiscal sobre el 24 de marzo expresó “no vio que cambiara nada con esa circunstancia”, (acta Nro. 71), para mí tampoco, para un subteniente no significó un cambio en las actividades que realizaba habitualmente, el día 24 recibí una orden de operaciones por parte de mi jefe directo donde la compañía de infantería “A” tenía la misión de brindar seguridad a la Casa de Gobierno a órdenes de él.
El fiscal me imputa delitos como un jefe “intermedio”, pero este jefe intermedio no tiene ni a su jefe directo, ni a ninguno de sus subordinados imputados en causa alguna, entonces más que un jefe intermedio soy un jefe solitario. Su accionar supone, contra todo sentido común, presentarme como un militar intrínsecamente enfermo y malvado.
Solo con visitar una hemeroteca se podrá tener una clara idea de la situación del país, enmarcado por la violencia terrorista.
A mi regreso del Operativo Independencia, el 15 de octubre y después de una licencia, pasé a continuar mis servicios en la compañía de reemplazos, subunidad esta, creada en forma experimental para evaluarla incorporación de soldados de 18 años al SMO.
A partir del año 1977 la subunidad impartió capacitación a más de mil soldados conscriptos, los oficiales y suboficiales destinados en la compañía, teníamos dedicación exclusiva a la instrucción de los ciudadanos que se incorporaban cada trimestre, no cumpliendo ningún
otro servicio.
El 23 de noviembre me desempeñaba como oficial de semana cuando se presentó el terremoto de Caucete, pasé varios días relevando daños y necesidades en los departamentos de Albardón, Angaco y San Martín. A fin de año, fui destinado al Regimiento de Infantería 3 sito en la
Tablada.
Por una orden del Comandante en Jefe pisé por primera vez esta tierra sanjuanina, llegué libre, comencé mi carrera militar, aquí formé una familia y si llego a ser condenado deseo cumplir la condena en esta tierra.
Sr Presidente nunca integré una asociación ilícita, nunca torturé, nunca organicé ni integré grupos de poder paralelos con el fin de desarrollar tareas u acciones de modo clandestino o ilegal, nunca utilicé alias, ni nunca me ví involucrado en casos de abusos deshonestos o de índole sexual. Solo integro el Ejército Argentino, ayer como miembro en actividad y hoy en situación de retiro voluntario.
Antes de finalizar mi exposición, por ser esta una oportunidad única, deseo
agradecer a los ex soldados que se acercaron al penal a demostrarme su apoyo.
Señores Jueces, ante ustedes no hay un imputado, ni procesado, ni interno o un encartado, frente a ustedes esta un Infante de Montaña, soldado del Ejército Argentino
Señores Jueces, ante ustedes no hay un imputado, ni procesado, ni interno o un encartado, frente a ustedes esta un Infante de Montaña, soldado del Ejército Argentino
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