martes, 16 de abril de 2013

DESAYUNARSE

Saber leer y escribir es relativamente fácil, pero tener la capacidad para desarrollar un constante proceso de analizar la realidad que lo rodea para la crítica sobre lo que no nos permite hacer un país mejor es mucho más difícil.
Para ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO comprender lo que sucede dando respuestas "nacionales", lo llamaba DESAYUNARSE.
Y DISCÉPOLO, al desayunarse pudo escribir:
En 1926 el tango “¿QUÉ VACHACHE?” y dice: “…lo que hace falta es empacar mucha moneda, / vender el alma, rifar el corazón, / tirar la poca decencia que te queda, / plata, plata y plata… plata otra vez,/ … El verdadero amor se ahogó en la sopa / la panza es reina y el dinero Dios”.
En 1931 en el tango “QUÉ *SEPA*, SEÑOR?” dice “…que todo es demencia! ... Los chicos ya nacen / por correspondencia, / y asoman del sobre / sabiendo afanar… Ya nadie comprende / si hay que ir al colegio / ó habrá que cerrarlos para mejorar…”
Y en 1935 en “CAMBALACHE” manifiesta: “… vivimos revolcaos / en un merengue / y en un mismo lodo / todos manoseados / … los inmorales nos han igualao / … ¡Cualquiera es un señor! / ¡Cualquiera es un ladrón!”
Sin entrar en detalles particulares se ve que el país fue arrastrado por el tren de la evolución histórica del progresismo material pero espiritualmente estamos como antaño.
Hoy también DISCÉPOLO diría “que la honradez la venden al contado y a la moral la dan por moneditas”.
Por lo tanto, si no comprendemos las lecciones de la historia, que nos dice que hay que DESAYUNARSE, seguiremos aplaudiendo al colonialismo. 

Ruben Peretti

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