domingo, 4 de septiembre de 2011

Candela, otro crimen impune

No cabe ninguna duda sobre la conducta y los antecedentes de los padres y familiares de Candela. Pero una niña como Candela no puede ser culpada de nada. Es inocente. Inocente como tantas niñas, niños y jóvenes desaparecidos ante la incapacidad o complicidad de los funcionarios.Casi todos estos chicos son secuestrados para traficarlos como esclavos sexuales. Día a día, excitados por la creciente pornografía que se difunde con total de libertinaje, aumenta el número de infelices y enfermos que requieren estos servicios sexuales. Servicios que se publicitan por distintos medios por los mercaderes de estas inocentes víctimas.
Candela fue secuestrada, y mientras era mantenida en cautiverio, las fuerzas policiales desplegaron numerosos operativos en procura de su rescate. Los principales, apuntaron a los prostíbulos que en su mayoría son conocidos por la forma en que publicitan sus actividades. Estos procedimientos policiales alteraron la tranquilidad de estos traficantes, intranquilidad que se incrementaba por la masiva difusión que tuvo el secuestro de candela y las versiones que involucraban en el hecho, al ambiente prostíbulario.
Fue entonces que aparece el cadáver de la niña y simultáneamente todos los medios de prensa tuvieron acceso a la grabación de una comunicación telefónica extorsiva. Nadie averiguó ni investigó como en una investigación que se encuentra bajo secreto sumarial, llega a los medios la grabación de esa comunicación. Con esta grabación se instaló definitivamente en la opinión pública, que el crimen estaba relacionado directamente con una represalia contra los padres de Candela por los antecedentes delictivos de éstos. Así, el imaginario colectivo deja de lado la posibilidad de que fuera víctima de los mercaderes del sexo.
Toda regla tiene su excepción, pero por lo general el común de los delincuentes puede matar a una persona sin sentir escrúpulos, si lo hace durante una discusión o enfrentamiento, o por tratarse de un enemigo odiado. Son incapaces de asesinar fríamente a una niña, más aún cuando no existe una razón que motive el odio a la criatura.
Las versiones periodísticas difunden que Candela fue muerta por asfixia. La muerte por asfiixia puede ser muy rápida por falla circulatoria o nerviosa puede no ser inmediata por el aire residual variable en cada sujeto y por no ser completo el mecanismo de obstáculo. Así, desde el inicio de los mecanismos de asfixia hasta la muerte, pueden pasar más de tres minutos.
¿Quién tiene “pasta” para matar a una niña, apretándole el cuello durante más de dos o tres minutos?
¡Sólo un “negrero” o traficante de esclavo! Ellos sienten un total desprecio por los seres humanos.
Por esto puedo deducir que Candela fue secuestrada por traficantes de esclavos sexuales. Que sus captores cuidaron la integridad física de Candela, para su “comercialización” pero se vieron sorprendidos por la amplia repercusión pública de su desaparición. La imagen de Candela era conocida por todos. Los medios apuntaban a los “tratantes” y la policía avanzaba contra ellos. Era necesario desviar la investigación, y para ello debían contar con la complicidad del “PODER”. Así conocen los antecedentes delictivos de la familia de Candela. Se hace la llamada “extorsiva” y desde el “PODER” se encargan de hacer llegar la grabación del llamado, a todos los medios.
La impunidad se ha logrado.


Orlando Agustín Gauna

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