Emilce Marcela Chimenti
El 25 de noviembre pasado, le presenté a usted por los canales correspondientes, una nota solicitando autorización para colocar frente a la Comisaria 20° de la localidad de Monte Vera, una placa en homenaje al numerario de esa dependencia, Cabo Carlos Gabino Nieva, muerto en un enfrentamiento contra delincuentes de la banda terrorista montoneros, el 15 de enero de 1972.
A la vez se invitaba a usted, personal de la repartición y familiares, a asistir al acto a realizarse el 15 de enero, frente a la Comisaria de Monte Vera.
Nunca recibí autorización para colocar la placa ni respuesta alguna a dicha solicitud.
Tampoco tengo conocimiento que se haya transmitido la invitación a participar del acto, al personal a su mando.
Por el contrario, tengo firmes sospechas que se intimó al personal policial para que no concurra al acto, pues ni el personal de la Comisaria 20°, se dejó ver durante el acto.
Entonces me surgen varios interrogantes.
¿Por qué no se autorizó la colocación de la placa ni se respondió a la solicitud?
¿Por qué no se invitó al personal policial a participar del acto?
¿A quién molesta que se realice un acto de homenaje a una víctima del terrorismo?
Desde la segunda mitad del siglo pasado, y hasta cuando presidía la Nación el doctor Raúl Alfonsín, distintas bandas terroristas fogoneadas desde Cuba y otros países comunistas, intentaban tomar el poder a sangre y fuego.
El 20 de enero de 1974, el presidente constitucional Juan D. Perón se dirigió al pueblo argentino remarcando "el grado de peligrosidad y audacia de los grupos terroristas", los calificó de "enemigos de la Patria", y convocó a "todas las fuerzas políticas y al Pueblo en general a tomar partido activo en la defensa de la República".
En este discurso transmitido por cadena nacional, el Presidente Perón llamó a "aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal", convocando a todos los sectores a "la lucha que dé lugar".
Hoy, usted niega autorización para colocar una placa en homenaje a una víctima de ese terrorismo que fuera duramente condenado por el presidente constitucional Juan Perón.
Del mismo que se negó a transmitir la invitación a participar del acto al personal policial.
Me pregunto si tendría la misma actitud ante una solicitud similar por un homenaje al Cabo Jesús Lorenzo Barrientos.
¿Recuerda al Cabo Barrientos?
Usted seguramente era una bebita, cuando en diciembre de 1975 delincuentes terroristas montoneros, de la misma banda que asesinó al Cabo Nieva, asesinaron al Cabo Barrientos e hirieron a su padre, Daniel Alberto Chimenti, quien entonces era un joven oficial de la policía de la provincia de Santa Fe.
En ese entonces, estaban custodiando el domicilio del Jefe del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II cuando fueron atacados por delincuentes montoneros y su padre, herido, salvó milagrosamente su vida.
Usted no puede ignorar que su padre estuvo en la primera línea de fuego en el combate contra el terrorismo.
Y hoy usted pretende silenciar un homenaje a otro policía victima de esos terroristas…
¿Qué la lleva a tener esta actitud?
¿Teme molestar a las autoridades políticas y que la pasen a retiro?
Usted llegó a la máxima jerarquía y al más alto cargo en la repartición.
Más tarde o más temprano, las autoridades políticas le van a pegar un patadón donde la espalda cambia su casto nombre y su mayor logro habrá sido el desprecio de las víctimas del terrorismo y del personal policial a su mando, que también es víctima suya y de las autoridades políticas, con miserables salarios, sin los elementos esenciales para su labor (como chalecos balísticos); o retirándoles los móviles que hacían las veces de “patrulleros garitas”, dejando al personal de vigilancia a la intemperie, carente de sanitarios y la posibilidad de alimentarse o hidratarse durante todo el turno de vigilancia.
El coraje puesto de manifiesto por el Cabo Carlos Gabino Nieva, del Sargento Barrientos y de su propio padre, son ejemplos a seguir por el personal policial, y por eso es necesario rendirles el merecido homenaje.
Su conducta, opino, no es un ejemplo a seguir por los futuros jefes de la Repartición.
Su silencio me obliga a manifestarme públicamente.
Orlando Agustín Gauna
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