jueves, 21 de abril de 2011

Se me pinchó la bicicleta


Debemos sospechar de los “represores” que pretenden privarme de mi libertad para desplazarme.

Si a su perro lo atropelló un auto, no piense que fue un simple accidente. Con seguridad que fueron los “represores” que simulando un accidente le asesinaron a su fiel guardián para dejarlo a Ud. desprotegido.
Si a su esposa le arrebataron la cartera con $12 y todos los documentos,  no crea que fue un hecho más de la inseguridad cotidiana. Fueron los “represores” que quieren privarla de su identidad para que sea una N.N.
La autopsia al cadáver de Enrique Angelelli, practicada treinta y tres años después de su muerte, descartó que haya sido "víctima de golpes o disparos aplicados por terceros" (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-126029-2009-06-03.html). Pero este informe carece de relevancia. No existen dudas de que Monseñor Enrique Ángel Angelelli, quien hasta su muerte fuera Obispo de la Diócesis de La Rioja fue asesinado por los “represores”.
La justicia pretende inculpar a un joven de 16 años, al que detuvieron con los efectos robados, por el atentado perpetrado en el estudio jurídico de la representante en Santa Fe de la agrupación H.I.J.O.S. Lucila Puyol. Todos sabemos que fueron los “represores”.
A pesar de la espontánea confesión de dos “trapitos”, como autores la muerte en ocasión de robo de la que resultara víctima Silvia Suppo y cuando todo parecía indicar que iba a juzgar y sentenciar la justicia ordinaria, de manera oportuna apareció un “testigo de identidad reservada” que prueba que Silvia Suppo fue asesinada por los represores. El “testigo de identidad reservada” debe ser quien le informó al “notable periodista” Carlos Del Frade, que la víctima fue asesinada por puñaladas aplicadas por un experto.
Señora, si a Ud. en una concurrida e importante reunión, se le escapa una sonora flatulencia, no se ruborice. Con toda severidad y firmeza, acuse a los “represores”-. Ellos son culpables de todo.  

Orlando Agustín Gauna

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