Argentina, país generoso.
Acá votan muertos, "desaparecidos" y hasta personas por nacer.
Existen fallecidos que, pese a tener un trámite de sucesión en curso, fueron a votar. Todo un ejemplo de vocación cívica como es el caso de Alfredo Leandro Steibel, un hombre nacido hace 120 años y muerto hace ya años atrás en la localidad salteña de Metán. Steibel debe haber impresionado cuando presentó el DNI 270.105, durante las elecciones de 2011.
Otra que se levantó de su tumba fue Nicolasa María Barrionuevo, que luego de fallecer el 14 de junio de 2013, se presentó a las elecciones de octubre de ese mismo año para votar con su DNI 11.859.293. Claudio Benone, de Salta, descubrió que su padre – DNI 3.889.487 a nombre de Román Tranquilino Benone- figuraba en los padrones pese a haber muerto hace 23 años. Y en una consulta al registro de infractores, surge que ha cumplido post mortem su deber cívico en las primarias y generales de 2013.
Carlos Enrique Mosca Alsina (DNI 22.663.968), que figura como desaparecido el 4 de agosto de 1976 en el Archivo Nacional de la Memoria con el número de legajo de la CONADEP número 3.336. Lo curioso es que no figura como infractor, sino como que efectivamente concurrió a votar en 2013.
Otro desaparecido que votó, de acuerdo a los registros oficiales, fue Jorge Enrique Ramón Álvarez Acosta, desaparecido el 1972 en San Juan (Conadep Legajo 6.210), pero que en 2013 concurrió a votar con el DNI 8.270.993.
Lo mismo sucede con Alberto D´Uva (Conadep Legajo 1.352), ex militante de la JUP desaparecido el 17 de septiembre de 1976 en Mar del Plata, que figura votando con su DNI 8.525.294 en 2011.
Pese a su corta edad, de acuerdo al número que le asigna el documento por el orden de anotación, incluso pueden ser presidentes de mesa.
Es lo que pasó con Augusto Iván Ezequiel Espíndola, que con su DNI 45.129.219 que hoy debería tener unos 11 años, fue presidente de una mesa bonaerense en Ituzaingó en las elecciones de 2011.
Peor es lo que le sucedió al preadolescente Gabriel Esteban Zavala, de Santa Fe, nacido en 2008, cuyo DNI 48.065.999 fue clonado por el bonaerense Jorge Walter Marzabal, nacido en 1966 y residente de la localidad bonaerense de Tres de Febrero. Marzabal o alguien a su nombre, utilizó ese DNI para votar en las últimas elecciones nacionales.
Incluso se llega al absurdo de que votan los que están por nacer. Salvador Alderete recibió el número de DNI 69.698.434, que debería ser asignado al que nazca, según la tasa de natalidad argentina, en unos quince años. Sin embargo, votó en las elecciones de 2013. Más adelantado es Ricardo Segundo Soto, de San Miguel, que con su DNI 80.367.562 debería nacer allá por el año 2040 y ya viene votando desde 2011. El récord, sin embargo, lo tiene Américo Ruiz, con el número DNI 88.307.915. Tan alta es su denominación, que en el padrón no se animaron a hacer constar su DNI, tarea que quedará para su obstetra, que aun debería estar cursando sala de 3 años en algún jardín.
Fuente: Eliminando variables
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