Los trolos, trolas, gay, lesbianas, o como quieran llamarse, reclamaban poder casarse como lo hacían habitualmente un hombre con una mujer. Hablaban de discriminación, de la igualdad de los derechos. Cuantos argumentos, cuantas mentiras...
No reclaman derechos, pretenden conculcar los legítimos derechos de los otros.
Las personas que planteando objeciones de conciencia, sin negarles el derecho, se niegan a celebrar la ceremonia, sin oponerse a que otro funcionario sin tales objeciones las realicen, son denostados y presionados para hacer algo que no debían hacer cuando asumieron sus cargos y que con la nueva ley, tienen objeciones de conciencia para hacerlo. Se pretende conculcar los legítimos derechos de estas personas.
Orlando Agustín Gauna
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