Al Coronel Oscar Nicolás Quiroga

Al “Negro” y/o “Cachicho”, Cnel. Oscar N. Quiroga

Como despedirte en pocas palabras, quizás con un hasta pronto, hasta luego o un hasta siempre o…, basten
Tarea para nada fácil.
En tu paso por esta vida dejaste un rosedal… o, más. Un jardín modelado y trabajado solo como un buen soldado sabe hacerlo.
Levanto la vista y veo a tu señora, Mónica, a tus hijos, Nicolás y Martín, a tu hija Pilar y, ahora a tu hijo político (yerno), Matías.
También queda tu familia carnal y política, tus amigos, los de ayer y hoy.
Esos que te acompañaron en Córdoba y en La Rioja, en el aguante de cada día y en estos últimos días. Aquellos que no pudieron estar presentes pero levantaron una oración o plegaria en el momento de enterarse de la infausta noticia. Noticia que recorrió y sorprendió a más de uno.
En esta nueva vida, la verdadera vida, junto a tu hermano, nuestro hermano Conrado, tíos y abuelos y a todas las almas que alaban al SEÑOR.
Ahora te exijo que le pidas a la VIRGEN que interceda ante su Hijo, que es DIOS y derrame en la familia y amigos abundante Gracia de resignación para aceptar mansamente la voluntad de Dios.
Cnel. Oscar Nicolás Quiroga de la Fuente, hoy como ayer, tu preocupación era lo que le pasa al país y del cual no es ajeno el Ejercito Argentino.
Ahí está tu amado Ejército Argentino, testigo de tus desvelos, hoy tan vilipendiado

Traigo el bombo…?

Es una muestra cabal de tu hombría que se acerquen por igual a despedirte compañeros como también subalternos y superiores. Todos veían en vos al profesional y al amigo.
Recuerdo tus viajes a los Montes Tucumanos ha pelear contra el terrorismo, la preocupación de la familia, tu silencio, tu vocación de servicio que no es otra cosa que el acatamiento a la “orden” (palabra hoy prohibida) impartida y en la que vos forjaras tu carácter, tu espíritu
Los soldados que se acercaban a pedirte que lo tengas en cuenta para ir a Tucumán, sabiendo que ahí lo esperaba la Guerra en defensa de la patria.
DECIAS: “Ha sido el propio Estado Argentino quien desde mi ingreso al Colegio Militar de la Nación me educó y formó en el sistema disciplinario basado en el cumplimiento estricto de las órdenes impartidas por los superiores cualquiera fuere su contenido, dado que como subordinado carecía del derecho de inspección siendo mi único deber constatar si quien impartía la orden era el autorizado para ello, pues él era el único responsable por las consecuencias de su cumplimiento. La unidad de un ejército se sustenta en el acatamiento a rajatabla del principio de obediencia al superior por parte de sus subordinados.
Cumplir órdenes legítimas y que bajo ninguna circunstancia se pude resistir o desobedecer so capa de violar lo establecido por los Arts. 514, 674, 675, 677 y 678 del Código de Justicia Militar (Ley 14.029, modificada por ley 23.049) y ser condenado incluso con la pena de muerte.”

Traigo el bombo…?

Como me dijiste una vez, la batalla de las armas la ganamos, ahora viene otra más dura que se ganara con el rezo del Rosario, en esa unión debe estar nuestra fuerza.
Tienes razón, por eso Dios te llamo para que seas Cnel. de una de sus Legiones.
Querido hermano, en el rezo del Rosario estará puesto mi esfuerzo. En hacer comprender que no hay herramienta más poderosa para la lucha contra el comunismo que quieren imponernos y contra toda defensa de la Verdad, porque la verdad de los hombres es objetiva (o, a lo sumo, subjetiva, como sujetos que somos), pero la Verdad de Dios es ILUMINATIVA, nos ilumina y nos guía.

Trae el bombo Negro, 

trae el bombo y reventemos el parche…

Luis “Cachicho” Quiroga (h)